La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Madrid (UPA Madrid) ha cuantificado en dos millones de euros las pérdidas en el campo, ya que los principales perjuicios han sido los destrozos en instalaciones y la imposibilidad de acceder al ganado para cuidarlo, que podrían ser más, ya que el balance de las pérdidas en el olivar madrileño tendrá que esperar a que la nieve se derrita, pero el sector teme ser otra de las «grandes víctimas» de esta borrasca.
Por ello, el sindicato este martes ha alzado la voz para que la Comunidad habilite una línea urgente de créditos y subvenciones a los agricultores y ganaderos que han sufrido pérdidas. «Es el momento de que la sociedad cuide su sector agropecuario de la misma manera que este siempre trabaja y cuida de ella».
Tras conseguir que ayer se registrase una proposición no de Ley ante la Asamblea de Madrid, UPA Madrid espera ahora que el resto de grupos políticos se comprometan con sus agricultores y ganaderos.
«No es para menos, en el campo madrileño nos hemos llevado una de las peores partes. La zona de invernaderos por excelencia (Fuenlabrada) ha sufrido daños en el 100% de las estructuras, a lo que hay que sumar el derrumbe de otros tres invernaderos de Villa del Prado. Siendo el coste por metro cuadrado de 30 euros el metro cuadrado y la superficie total afectada de unos 60.000 metros cuadrados, Filomena supone casi 2 millones de euros en pérdidas para este sector madrileño», han calculado.
Por su lado, los ganaderos han sufrido el derrumbe de naves enteras y voladizos por el peso de la nieve, en alguno casos atrapando a animales en su interior. Además, los ganaderos de leche ya no tienen capacidad de almacenaje. Ya se han tirado más de 10.000 litros y algunos productores esperan que los camiones cisterna todavía tardes unos días más en poder acceder a sus instalaciones, indica la Unión de Pequeños Agricultores de Madrid.
También hay muchos animales que no están pudiendo recibir sus raciones completas porque los ganaderos no están pudiendo acceder a sus explotaciones o tienen que racionar la comida en previsión que esto dure más tiempo.
Por último, los olivareros de la región están «realmente inquietos», han advertido desde UPA Madrid. «Muchos no han podido acudir aún a sus explotaciones, pero ven los destrozos producidos en los olivos cercanos a los pueblos y se llevan las manos a la cabeza», han explicado desde la organización agraria.
Así pues, el balance de las pérdidas en el olivar madrileño tendrá que esperar a que las consecuencias de Filomena se derritan, pero el sector teme ser otra de las grandes víctimas de esta borrasca.