El año que Karlos Arguiñano perdió la ‘careta progre’

Karlos Arguiñano está a punto de cerrar un gran 2020 porque su programa de televisión ha elevado su audiencia y con su último libro, ‘La buena cocina, 900 recetas que siempre salen bien’, se ha colocado unas Navidades más entre los más vendidos en el área de no ficción.

El popular cocinero, eso sí, ha sufrido algunos arañazos en el plano laboral: Atresmedia le ha recortado su facturación al cancelar ‘Bricomanía’ y ‘Decogarden’ y su empresa de pelota vasca, Baiko, ha vivido una huelga por las condiciones a la que someten a deportistas que se suponen de élite.

ARGUIÑANO Y SU DISCURSO ‘PROGRE’

Con 72 años, todo pagado, trabajando cada día y pagando 250 nóminas, podré opinar, ¿no?», se preguntó hace unas semanas Arguiñano en La Vanguardia. El chef, cada vez que concede una entrevista, alardea de su visión progresista de la vida, suele cargar contra la clase política y defiende a los trabajadores.

En La Sexta, en otra de sus últimas apariciones, se lamentaba sobre los dirigentes: «Son los grandes del mundo; ellos cobran siempre, son listos de cojones; hasta cuando se retiran siguen cobrando. Lo tienen muy bien organizado».

«Todos tienen verborrea, sí, pero la culpa siempre es del otro, la piedra está en el tejado del otro. Me decía mi padre que no le importaba que los políticos se subieran el sueldo, pero que le subieran a él lo mismo. Y tenía razón, ¡porque se suben el sueldo solo ellos!«, añadía.

Y seguía: «Hay algunos políticos muy zoquetes, que yo no sé cómo han llegado a ese sitio. Hay algunos que no han trabajado nunca, que no tienen estudios, que hacen cosas muy raras, alguno hasta se lleva la tela. ¡Y no se van ni cuando se equivocan!. Lo más grave es que tampoco devuelve ninguno lo que se lleva. Y lo peor es que nadie dice nada, cuando deberíamos de estar todo el tiempo reclamándole el dinero robado. ¡Y a eso le llaman democracia!».

«ZOQUETES»

Arguiñano también ha mostrado su hartazgo sobre la polarización política en plena pandemia: «Son unos zoquetes. Si no te unes en este caso, ¿cuándo te vas a unir? Están para dirigir un país, pero si no controlan lo suyo, ¿cómo van a dirigir un país? Ya ves que traiciones tienen entre ellos todo el rato».

«Es un tema que me entristece mucho, porque me da la sensación de que están muy poco preparados. Todos tienen verborrea, sí, pero la culpa siempre es del otro, la piedra está en el tejado del otro. Si hay alguien que se ha caído al río, ¿se tiran solo los de derechas o solo los de izquierdas o se tiran todos a sacarle antes? Se tendrían que tirar todos. En este caso es lo mismo. ¿No hay forma de unirse par salvar el pueblo, la nación?», se preguntaba.

¿CARETA?

Karlos Arguiñano contribuyó a profesionalizar la pelota vasca en los noventa. El cocinero invirtió parte de sus millonarios ingresos de su popular espacio de cocina en invertir junto a otros de sus socios en la compañía Aspe, hoy renombrada como Baiko Pilota.

Y los pelotaris hace tres meses se vieron en la obligación de convocar huelga a pesar de que la clase política, tanto en Navarra como en Euskadi, los ha dejado ‘huérfanos’. Hasta la empresa rival se solidarizaba con ellos: «Después de analizar la situación que estamos viviendo, nos vemos en la obligación de no jugar los partidos que organice la empresa Baiko Pilota».

«Los compañeros de Baiko Pilota se encuentran en huelga y no queremos de ninguna manera restarle el valor a su derecho a huelga, ni tampoco salvar los festivales a la empresa con nuestros pelotaris», explicaban.

Y seguían: «Mientras nuestros compañeros de Baiko Pilota sigan ejerciendo su derecho a la huelga, no jugaremos en partidos organizados por la empresa Baiko Pilota, que tendrá que completarlos con sus propios pelotaris que no estén en huelga«.

EL HOMBRE FUERTE DE ARGUIÑANO EN LA PELOTA VASCA

El sindicato ELA sí que entró al barro al insinuar que la empresa participada por Arguiñano recortaba a pesar de que los ingresos pelotazales, provenientes principalmente del canal público vasco ETB, se habían mantenido.

«Dado que Baiko Kirola se niega a aportar la información económica que se le reclama, en los próximos días ELA analizará jurídicamente las relaciones mercantiles existentes entre las empresas Bainet Taldea, S.L. y Baiko Kirola, S.L. (las dos controladas por Arguiñano), así como las acciones legales que de ello se puedan derivar», denunciaban.

Dieciséis pelotaris de Baiko llegaron a firmar una carta para denunciar la actitud «autoritaria y dictatorial» de un direcitvo afín a Arguiñano, José Ramón Garay, y asegurar que solo querían «seguir jugando a pelota y defender este deporte que tanto amamos, pero recibiendo un trato mínimamente digno, el que no recibimos por parte de nuestro director general José Ramón Garay. Esperemos que todo esto cambie pronto por el bien de todos, pero sobre todo por el bien de la pelota».

LOS PELOTARIS

Asier Aguirre, Jon Alberdi, Ion Ander Albisu, Aranguren, Aretxabaleta, Arteaga, Iñaki Artola, Joanes Bakaikoa, Oinatz Bengoetxea, Erasun, Larunbe, Jon Mariezkurrena, Peña, Salaberri, Urretabizcaya e Ibai Zabala siguieron a Unai Laso, que fue uno de los que con más vehemencia plantó cara a la empresa de Arguiñano.

Todos estos deportistas no encontraron la solidaridad política y este hecho tiene su explicación: ETB está controlada de forma férrea por el PNV; Arguiñano despierta muchas simpatías en partidos como EH Bildu, PSE o Podemos; y el centralista trío de Colón no tiene ni voz ni voto en Euskadi y Navarra.

Y la empresa de Arguiñano ha tenido que hacer unas mínimas concesiones económicas después de que los deportistas lograsran que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco suspendiera la final de la modalidad de parejas porque Baiko eliminó por las bravas a los huelguistas.

Fuentes cercanas al sindicato ELA, que denunció la «grave vulneración de derecho a huelga» de Baiko, explican a MERCA2.es que no entienden «cómo Karlos Arguiñano sigue pontificando sobre la clase trabajadora a pesar de que se aprovecha de las políticas precarias que funcionan en sus empresas». Continuará…