Recuperar el dividendo, el sueño de Navidad de la banca española

El sueño de Navidad de la banca española es recuperar el dividendo. La banca española espera como agua de mayo que Christine Lagarde se pronuncie sobre el tema, algo que se espera ocurra esta semana. Aunque ya no se muestran tan optimistas como hace dos meses.

A lo largo del mes de octubre -entre presentaciones de resultados y distintas intervenciones- las primeras filas de la banca española mostraron su malestar con el Banco Central Europeo, quien les impuso que no retribuyeran a sus accionistas hasta al menos octubre, pero después rectificó para ampliarlo hasta enero de 2021.

También pidió que no efectuaran recompras de acciones propias para preservar el capital de las entidades y que revisaría su posición al respecto a finales de 2020. En estos meses, los comentarios han sido muy críticos. El consejero delegado del Santander aseguraba que “eleva innecesariamente el coste de capital”, el del Banco Sabadell explicaba que la banca no podía convertirse en un sector “poco invertible” y el de BBVA, creía que la situación “debería equilibrarse”.

Aunque el BCE decidirá sobre toda la banca europea, la española, siempre dice que se ve más afectada porque los dividendos son el gran atractivo de la banca en España. Pese a las quejas, se notaba cierto optimismo en que se recuperara en 2021, o al menos puedan pagarlo los bancos que muestren una mejor situación financiera. Pero ahora no hay nada en claro.

LOS VAIVENES DEL BCE

A finales de noviembre, El BCE abría la puerta a levantar su veto. En una entrevista con el diario ‘Financial Times’, el ejecutivo Yves Mersch, señalaba que podría plantearse permitir el reparto de dividendos el próximo año a los bancos con una posición de capital más sólida.

En la misma línea, el presidente del Consejo de Supervisión del BCE, Andrea Enria, aseguraba hace unos días que tienen la potestad de decidir “banco por banco” si permiten hacerlo o no. Y dentro del alcance del marco legal aplicable, no dudará en hacerlo si surge la necesidad.

Se esperaba que, en la reunión de tipos del pasado jueves día 10, Christine Lagarde se pronunciara sobre el asunto, pero no lo hizo. Fue entonces cuando Bloomberg adelantó que los planes del BCE pasan por mantener el veto al dividendo también el año que viene, al igual que la recomprar de acciones. Aunque eso sí, habría excepciones.

Según esta información, la institución no lo reanudaría hasta que los bancos dispongan de capital suficiente para absorber futuras pérdidas derivadas de la pandemia. Y solo aquellas que demuestren su buena salud financiera podría hacerlo. Pero también habría miembros de BCE que han indicado que se deberían de extender su prohibición otros seis meses.

IMPULSO BRITÁNICO

En medio de todo este caos, llega el impulso británico. El Banco de Inglaterra decidió el pasado jueves levantar la prohibición temporal al determinar que los bancos eran lo suficientemente fuertes para capear el resto de la pandemia. Eso sí, advertía que el pago será limitado.

La decisión llegaba tras ocho meses de veto, una situación que ha provocado que los casi 8.000 millones de libras esterlinas que se pagaron en 2019 quedaran en suspenso con motivo de la crisis de covid-19.

Según explicaba la entidad, tomó la decisión tras someter a la banca a pruebas de estrés y superarlas. En concreto, tras demostrar ser «resistente», incluso en escenarios económicos severos.

Además, los resultados del tercer trimestre de los principales bancos del Reino Unido fueron más sólidos que los pronósticos, lo que aumentó la presión sobre los reguladores para que les permitieran reanudar los pagos. Y a su vez, entre los factores considerados por el regulador también se encontraba la reciente aprobación y lanzamiento de la vacuna en Reino Unido.

El impulso británico contrasta con la desilusión que han generado las noticias que llegan desde el BCE, la reacción de la banca en Bolsa el viernes fue negativa, parece que ya descuentan que el peor de los escenarios se cumplirá.