Los 10.000 empleados de Unicaja y Liberbank, molestos con Menéndez y Azuaga

Los 10.000 trabajadores de Unicaja y Liberbank no salen de su asombro, más de dos meses después de que estas entidades anunciaran que están negociando una fusión, no han vuelto a saber nada sobre esta operación.    

“Nos enteramos de todo por la prensa y estamos preocupados por el futuro de la plantilla”, explican desde varios sindicatos a MERCA2. Distintas fuentes apuntan a que la celebración de las juntas de accionistas que darán el visto bueno a la fusión, se celebrará en febrero y si siguen los tiempos de Bankia y CaixaBank, será en la primavera de 2021 cuando empiecen las negociaciones para hacer ajustes de personal y oficinas.

Pero los representantes de los trabajadores advierten: a priori, “no firmarán ningún acuerdo”. La buena relación que tiene el Banco Santander, el Banco Sabadell o Ibercaja (que están negociando distintos ERES) con su plantilla, “no se parece ni mucho menos a la que tiene Liberbank con la suya”.

Hay tantos líos judiciales, de hecho, es la entidad financiera con mayor litigiosidad en España, que hace que sea imposible que se sumen a las condiciones que proponga el banco. No ocurre lo mismo con Unicaja, que defienden la buena relación que han tenido siempre entre la entidad y los trabajadores, aunque dan por hecho que de materializarse la fusión, acabarán por absorber todos los problemas legales que tiene Liberbank.

MENÉNDEZ Y AZUAGA

“No hay esperanza en que mejoren las cosas”. La política desde que Manuel Menéndez cogió las riendas de Cajastur en 1995 “ha sido siempre la misma». En sus 25 años de trayectoria y ya al mando de Liberbank, todas sus decisiones han sido unilaterales, sin negociar y acabando en juicio.

Y aun dándole la Audiencia Nacional o el Tribunal Supremo la razón a los trabajadores, el banco sigue haciendo de las suyas. Cabría pensar que si Manuel Azuaga, actual presidente de Unicaja, mantiene su puesto en el nuevo banco, podría mediar y conseguir que las salidas, esta vez sí, sean pactadas. Pero los sindicatos tienen claro que su papel en el nuevo banco sería limitado.

“El presidente de Unicaja va a aguantar como mucho dos años, está cercano a la jubilación y ahí tiene el foco. Aguantará lo que tarde en materializarle la fusión, pero Menéndez es quien tiene el poder y su ego no le dejará ser un segundón”.

“NO PODEMOS FIRMAR”

Los sindicatos de Liberbank insisten ¿Cómo vamos a firmar un acuerdo de salidas voluntarias si aún están sin resolver los problemas de hace siete años? “Nos es lógico ni coherente”, añaden. Liberbank lleva 7 años de juicios. El ERTE que aplicó el banco en 2013 fue anulado por la Audiencia Nacional (tras la denuncia de los sindicatos), después el Tribunal Supremo lo ratificó.

La sentencia estimó que el banco devolviera a los empleados lo que no les habían pagado durante siete meses. Pero la entidad no pagaba y tuvieron que acudir de nuevo a la justicia. Entonces decidieron que cada afectado interpusiera una demanda de manera individual.

Siete años después, el banco sigue sin pagar a algunos trabajadores. A esto se suma la reducción de salario que Liberbank empezó a aplicar el pasado 1 de enero. La decisión se adoptó de manera unilateral, así que los trabajadores decidieron ir otra vez a la Audiencia Nacional, que ya ha declarado la nulidad de estos recortes. Pero como era de esperar, la entidad ha acudido de nuevo al Supremo y éste lo ha admitido a trámite.

El desenlace parece claro, aunque el TS les dé la razón (“es un derecho fundamental y lo van a hacer”), el banco pedirá que denuncien de manera individual, como hizo la otra vez. “Si le bajan el sueldo a 3.000 trabajadores, pero luego solo reclaman 400, imagina todo lo que se ahorran. Siempre se salen con la suya”, denuncian.

“Menéndez no va cambiar, le han faltado horas para liarla con el nuevo convenio colectivo de ahorro que entró en vigor el viernes. Ese mismo día, el banco sacó una circular para que se incumplieran las normas del teletrabajo, “presionan a la gente para que firmen”, aseguran.

Según la ley, la empresa tiene que aportar los medios (ordenador, tablet, móvil) o pagarlos, pero justifican que no disponen de medios suficientes y que los que quieran teletrabajar tienen que hacerlo por sus propios medios, eso si, con la firma de que el trabajador lo ha querido así. “No tiene solución, mientras siga Menéndez, la gestión será nefasta”.

EL PROBLEMA NO SON LAS SALIDAS

“El problema no son las salidas, sino las condiciones” argumentan. “Menéndez es un impresentable y no van a ser voluntarias”, destacan. Además, todo depende de si se ofrecen salidas pactadas o un ERE, pues las perspectivas de prejubilación son diferentes. “Todo está en el aire”.

Hasta ahora, en Unicaja, todos los ajustes han sido mediante salidas voluntarias y quieren que esta modalidad se mantenga. De los más de 6.000 empleados que tiene la entidad malagueña, 757 personas tienen entre 56 y 60 años y otros 111 más de 60 años. En total, hay 868 trabajadores en edad prejubilable.

En Liberbank entienden que los nacidos entre el 61-64 “son los que seguramente se van a extinguir”. Esto son lo que tienen entre 56- 59 años. Según las cuentas anuales de la entidad, 1.095 trabajadores son mayores de 50 años, aunque el sindicato explica que ya hay salidas pactadas, se trata de 600 personas con más de 56 años que están en excedencia pactada compensada y que ya firmaron en 2016 un acuerdo con condiciones para salir.

Para este grupo no es necesario acuerdo, pueden irse cuando quieran, «pero a Liberbank no lo interesa que lo hagan en 2020 para tener más poder en la fusión». Todos están pendiente de cómo acaba el año, pues la foto final reflejará «quien lo ha hecho mejor» y a partir de ahí, seguirán negociando.