Solitario adiós a Joao Flores, impulsor de los supermercados Jumbo en España

El mundo empresarial está de luto por el fallecimiento del empresario de origen portugués Joao Flores, el pasado sábado, a los 85 años, en su residencia de Madrid, donde vivía desde que hace más de cuatro décadas se trasladó por motivos profesionales.

Joao será recordado por su generosidad y alegría, cualidades que muchos de sus amigos han destacado estos días en sus redes al despedirse del empresario.

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa grandes ausentes en la despidida a su amigo Joao Flores

El empresario y su mujer Tita Torrabadella supieron rodearse de buenas amistades cuando hace 43 años se instalaron en España y acabaron siendo una de las parejas mejor relacionadas de la sociedad madrileña, que contaban con amigos banqueros, empresarios, políticos, nobles y celebrities, como Isabel Preysler.

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Joao Flores junto a su esposa Tita Torrabadella. Foto: Gtres

No era raro ver a la pareja en la estación de Gstaad como invitados de Ana Botín y su marido Guillermo Morenés, igual que Borja Prado, Carlos March, Juan Abelló, José María Aristrái, Alfonso Cortina, y otros importantes nombres del mundo de la empresa, la banca y la sociedad de la que Joao Flores formaba parte.

El matrimonio Flores disfrutaba también ejerciendo de anfitriones de grandes fiestas donde agasajaban con todo tipo de lujos a sus amigos, los mismos que ahora no han estado presentes en el último adiós al empresario. Como es el caso de la socialité Isabel Preysler, íntima de Tita y que por causas desconocidas no se acercó al tanatorio de Tres Cantos para arropar a su amiga en sus peores momentos.

AMIGOS EN LOS BUENOS Y MALOS MOMENTOS

Este año, en junio, la familia tenía previsto volver a disfrutar de una divertida fiesta para celebrar los 85 años del portugués, en su mansión madrileña, donde reuniría a sus amigos y donde Mario e Isabel acudirían como cada año. Finalmente, la situación provocada por la pandemia obligó a Tita a abandonar estos planes y posponer la celebración.

Nada hacía presagiar que unos meses después los innumerables amigos del empresario llorarían su muerte por causas que la familia ha preferido mantener en silencio.

Debido a las medidas sanitarias por coronavirus, el último adiós no ha podido ser tan multitudinario, como sin duda al empresario le hubiera gustado, pero aún con los inconvenientes provocados por el coronavirus si hubo quien se acercó hasta el cementerio de la Paz para acompañar a su desconsolada esposa, que sin duda en estos trágicos momentos necesitaba sentir cerca a sus amigas entre las que siempre estuvo Isabel Preysler.

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Tita Torrabadella, viuda de Joao Flores. Foto: Gtres.

Quienes si se acercaron a la capilla ardiente fueron el empresario Gigi Sarasola y su mujer Sara Incinillas y un afectado Alfonso de Borbón y Yordi, hijo de Alfonso de Borbón y Marisa Yordi, y actual pareja de la modelo Eugenia Silva, que no dudó en recordar al empresario en sus redes sociales, al igual que María Zurita, prima del rey Felipe IV, hija de la infanta Margarita.

ENVIDIABLE Y AGITADA VIDA SOCIAL

Aunque su labor empresarial es innegable, Joao siempre reconoció que su mayor éxito fue casarse con Tita. Juntos formaron un buen equipo y consiguieron una situación social en España que fue la envidia de muchos.

Sus amistades y los que no lo eran ansiaban asistir a las maravillosas celebraciones de los aniversarios del empresario que su esposa le preparaba con esmero y todo tipo de lujos, convirtiéndolos en reuniones de vip nacionales e internacionales, donde se reunía lo más granado del panorama social.

Las fiestas más sonadas organizadas por la pareja fueron el 70 y 80 cumpleaños de Joao. Para la primera, el matrimonio Flores reunió a sus amigos en la glamurosa y elegante ciudad de Biarritz, donde reservaron el lujoso hotel Du Palais (residencia de verano que Napoleón III mandó construir para su esposa Eugenia de Montijo) para deleitar a sus invitados con un derroche de lujo del que disfrutaron entre otros Alberto Cortina y su esposa Elena Cué y un recién separado de la Infanta Elena, Jaime de Marichalar.

El último gran evento fue hace 5 años para conmemorar el 80 aniversario del patriarca. En esta ocasión su esposa y la única hija del matrimonio Catarina, junto a los hijos de ésta, consiguieron organizar una de la mayores fiestas que se recuerdan en la capital lusa.

El grupo de ilustres invitados se alojó en el prestigioso Hotel Ritz, sabiendo que todos los gastos corrían a cargo del anfitrión. En la primera noche, fueron obsequiados con una sardinada en el Alfama, llegando incluso a cerrar las calles del popular barrio por temas de seguridad, y que así sus amigos pudieran disfrutar y escuchar con tranquilidad los tradicionales fados.

De estas exquisiteces fueron testigos Fernando Fernández Tapias y su joven esposa Nuria González. Pero el máximo protagonismo de esta velada lo tuvieron Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. La filipina aprovechó la ocasión para hacer oficial su relación sentimental con el Nobel peruano, que hasta entonces habían mantenido oculta, y de paso disfrutar de un maravilloso fin de semana.

JOAO FLORES HECHO A SÍ MISMO

En la actualidad, y debido a su avanzada edad, su perfil profesional era poco visible, pero hay que reconocerle grandes éxitos empresariales, como haber implantado en España la cadena de supermercados Jumbo, que se convirtió en el primer referente de grandes superficies dedicadas a la alimentación, y que años más tarde pasarían a ser propiedad de la empresa francesa Auchan (Alcampo).

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Joao Flores con la modelo Eugenia Silva.

Su carácter impulsivo le hizo aceptar un difícil reto durante sus años de estudiante. Fue en un viaje a Brasil en el año 1969 cuando Joao Flores e Isabel Negre fueron desafiados por Valentim Diniz, emigrante portugués, para que expandieran la cadena de supermercados brasileña Pao de Açúcar en Portugal y España.

El primer supermercado fue inaugurado en Lisboa, concretamente en la Avenida Estados Unidos de América en el año 1970, y contaba con unas dimensiones enormes para la época. Esta inauguración supuso un hito para la historia de la distribución en Portugal.

Joao fue el encargado de la gestión de la cadena de supermercados en España bajo el nombre de Jumbo y el inconfundible elefante como símbolo del mismo. En los últimos años ejercía como presidente de la Cámara de Comercio Hispano Lusa y ayudaba y aconsejaba a su hija en la administración y gestión de restaurantes y locales en Lisboa donde pasaba largas temporadas.