Quizás, nunca antes había tenido tanto sentido el término (españolizado) de viernes negro. Así, este 27 de noviembre será especialmente sombrío para el empleo, hasta el punto de que cualquier escenario incluye una fuerte caída respecto a 2019. Pero en este Black Friday no solo hay que mirar las grandes cifras, aunque algunas asusten, sino que hay que escarbar un poco más para encontrar que la letra pequeña señala dos puntos críticos: la devaluación salarial y el incremento del paro entre las mujeres. Aunque hay un problema todavía mayor y, es que, ambos contratiempos solo pueden que agravarse con el corto plazo.
Pero empecemos por el principio. La caída del empleo, aunque evidente, no será realmente importante en este Black Friday. De hecho, las cifras ofrecidas por las grandes firmas colocadoras de empleados temporales, como Adecco o Randstad, no son excesivamente llamativas y oscilan entre el 5 y el 8%, aproximadamente. La clave es que una parte de los contratos que se perderán en el comercio físico los absorberá el sector de la logística. Así, la compañía fundada en los Países Bajos explica que la venta física pasará de controlar el 45,8% de los empleos al 37,2%, mientras que la logística incrementará su porcentaje hasta en casi nueve puntos.
Un efecto de trasvase que es el que realmente interesa estudiar y cuyos efectos cada vez parecen más claros. Así, el primero y más evidente es que se pasa de un sector, el del comercio, copado por las mujeres a otro prácticamente monopolizado por hombres. Un hecho que inevitablemente implicará ampliar, todavía más, la brecha entre el paro masculino y femenino. De hecho, en la actualidad esa diferencia alcanza cifras ya preocupantes que no se veían desde hace más de una década.
EL CORTE INGLÉS (65% EMPLEO FEMENINO) VERSUS AMAZON (75% EMPLEO MASCULINO)
El mejor ejemplo de esta brecha es acudir a los grandes actores en ambos sectores en España. Así, El Corte Inglés y Amazon fueron las dos plataformas que más artículos vendieron, de otras marcas, en el último Black Friday. Pero entre ambos no solo hay una gran diferencia, o al menos la había hasta ahora, en la forma de vender, sino también en la composición de cada plantilla. La firma española especialista en el comercio físico cuenta con hasta 56.450 mujeres de un total de unos 87.000 trabajadores, lo que supone un porcentaje de empleo femenino cercano al 65%.
Por su parte, Amazon no solo no ha parado de crecer en los últimos años, sino que tampoco lo ha hecho de contratar hombres. Las últimas cifras de Amazon Fulfillment, el brazo logístico del gigante en España, apuntan a que mantiene a 2.891 trabajadores sobre una plantilla total de 3.900 empleados. En otras palabras, el empleo masculino supone el 75% del total. La diferencia entre ambos no solo es abrumadora, sino que ha ido creciendo a medida que el peso de la venta digital ha crecido en los últimos años.
El efecto es todavía más marcado cuando las empresas analizadas son puramente retail o de reparto, una parte imprescindible de la logística. Así, si en el Corte Inglés el empleo femenino suponía un 65% del total, en el caso de Zara España esa cifra asciende hasta casi el 90%. Un porcentaje similar, también, al de otro gigante en el país como H&M. Por su parte, firmas como Seur cuentan con un volumen de empleo femenino por debajo del 40% y en el caso de los repartidores el porcentaje apenas alcanza el 15%.
MÁS AUTOMATIZACIÓN SERÁ MÁS PARO Y MENOS SALARIOS
«El cambio que estamos asistiendo es también una oportunidad para romper esas barreras. Debemos entender que no hay empleo masculino o femenino, pero la gente necesita formación para adaptarse al nuevo entorno», explican desde CCOO. El problema es que la sociedad está evolucionando de forma mucho más lenta que el entorno, por lo que las fricciones como el paro femenino en los próximos años será imparable. Una adversidad que también se verá en la devaluación salarial, que ya se da en el sector logístico, y en el número de empleados.
La devaluación salarial es (y será de forma más acuciada en los próximos años) un hecho. «El trasvase en sí no perjudica tanto los salarios, puesto que partíamos de una base muy precaria y parcial», reconocen desde CCOO. Aunque sí hay elementos importantes que poco a poco desaparecerán. El más importante es el de las comisiones de venta, los llamados bonus (que mantienen firmas como el Corte Inglés o Zara) se transforman o directamente desaparecerán. El otro, igual de importante, es que la automatización en los almacenes lleva a que se demande trabajo poco cualificado y peor pagado.
El ejemplo de Amazon, de nuevo, sirve a la perfección. El salario medio de la firma en España no ha hecho más que caer en los últimos años a medida que se incorporaban los llamados mozos de almacén. Así, el salario medio que hace unos años superaba los 27.000 euros en 2019 fue de poco más de 24.000 euros. La automatización hace que el trabajo sea menos cualificado, para el que sirve cualquiera, lo que empuja los sueldos a la baja y elimina algunas categorías intermedias que cobraban más como el caso de muchos conductores. Ese es, precisamente, el llamado ‘Efecto Amazon’.
Por último, a medida que avanza la tecnología la cantidad de trabajo necesario se reduce. Al fin y al cabo, el efecto principal de la automatización es el intercambio de un trabajador por una máquina que haga esa misma labor, aunque se quiera repetir que su rasgo más característico es lograr facilitar el trabajo. De hecho, la venta por internet es un gran ejemplo de eso mismo. Obviamente, en el sector logístico todavía es muy complicado alcanzar el nivel que tienen por ejemplo las fábricas de automóviles. Pero que sirva de aviso que las mismas construyen en España el mismo número de vehículos que hace una década, aunque con un 25% menos de empleo.