La vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, considera necesario hacer una «revolución», para lograr una «transformación revolucionaria» de la economía, la vida, la sociedad para lograr una transición inclusiva y ha pedido «exigir más» y subir el listón de las contribuciones de cada país a la lucha contra el cambio climático.
Durante la entrega de los XVII Premios PRIX Diálogo a la Amistad Hispano-Francesa, la ministra ha asegurado que «gracias» a la ciencia se sabe que es preciso «estar en la primera línea de batalla contra la emergencia climática» que afecta «a todos».
«Cuando sabemos que todos dependemos de todos, las contribuciones de todos los actores, cada cual con arreglo a su propia capacidad, va a ser determinante para poder tener éxito. Debemos elevar el listón de exigencia de todos los actores», ha apelado a las partes de la Convención Marco de Cambio Climático al recordar el quinto aniversario del Acuerdo del Clima de Madrid y la celebración hace un año de la COP25 en Madrid.
Además, sin citar expresamente ni a su presidente saliente ni electo ni a Estados Unidos, ha expresado su confianza en el periodo que se abre. «A la hora de plantearnos este nuevo tiempo no nos debe bastar volver a una normalidad que era todo menos normal», ha dicho Ribera que ve un camino «lleno de oportunidades, pero también de dificultades».
Así, ha comparado al país norteamericano con un primo o un amigo que se fue y que ahora llega «a tiempo» para celebrar la fiesta del quinto aniversario del Acuerdo de París para poder responder a los problemas «globales y comunes». «Cuando la ciencia no es suficiente para convencer de dar los pasos necesarios, construir esperanzas es clave para determinar el éxito y la consecución de este cambio tan profundo que debemos construir», ha reflexionado.
En esa línea optimista, Ribera cree que a la hora de plantearse ese «nuevo tiempo» tras una «cura de humildad» que ha supuesto la pandemia «no debe basta volver a una normalidad que era todo menos normal» sin que se necesita una «trasformación revolucionaria».
La vicepresidenta cuarta ha elogiado a las galardonadas con el XVII Prix Diálogo, que se han otorgado a la científica francesa Valérie Masson-Delmotte y a la glacióloga española María del Carmen Domínguez, dos científicas que han dedicado su carrera profesional a investigar y luchar contra el cambio climático.
Las dos premiadas han mostrado la necesidad de reforzar la educación de niños y jóvenes, así como de fomentar la innovación, de transformar las prácticas alimentarias, y de adecuar los planes de reactivación para salir de la crisis sanitaria en la que estamos inmersos a esta urgencia climática.
«Cuidar las condiciones de vida de los más jóvenes está en el corazón mismo de las sociedades», ha dicho la paleoclimatóloga Valérie Masson-Delmotte, mientras que la glacióloga española ha asegurado que sigue trabajando «por las generaciones futuras.
En el acto han participado también el Embajador de Francia en España, Jean-Michel Casa; el presidente de la Asociación Diálogo, José María Segovia y la encargada de conducir el acto, Odile Rodríguez de la Fuente.
En un diálogo previo al acto de entrega de premios, ambas han reflexionado sobre el papel de las mujeres en la ciencia y el impacto de la huella del hombre sobre los glaciares a consecuencia del cambio climático.
María del Carmen Domínguez, conocida como ‘Karmenka’ tiene una red de estaciones con las que mide cada media hora la descarga glaciar, es decir el hielo que se pierde en forma de agua. «Esos datos se duplicaron entre 2003 y 2006. Fue un hecho brutal, empezamos a dar conferencias y conferencias para alertar, había que parar lo que estábamos haciendo», recuerda la científica que advierte de que los glaciares son una cosa lejana que dan «la posibilidad de vivir como vivimos».
Para Valérie Masson-Delmotte tampoco hay tiempo que perder y ha destacado el papel de las empresas de las que no se puede prescindir para conseguir soluciones. «La presión de los accionistas es importante para dar valor a las empresas que contribuyen a la solución, y no a las que contribuyen al problema», ha concluido.