Repsol prevé destinar hasta unos 6.700 millones de euros a la retribución de sus accionistas, a través del pago del dividendo en efectivo y de la recompra de acciones, en los próximos cinco años, según consta en la presentación del plan estratégico 2021-2025 remitida por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En concreto, el grupo prevé repartir dividendos en efectivo por un total de 4.700 millones de euros hasta 2025, a través de una remuneración «clara, decidida e interesante», indicó el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, en rueda de prensa.
De esta manera, a pesar de sacrificar parte de esa remuneración para financiar su crecimiento con respecto al euro por acción abonado en 2020, en 2021 el dividendo será de 0,60 euros por título (‘scrip dividend’ más dividendo en efectivo), cantidad que prevé incrementar progresivamente a lo largo del plan, hasta alcanzar los 0,75 euros por acción.
INCREMENTO DEL 25%
Así, Repsol augura un incremento del 25%, desde los 0,6 euros de 2021, en esa retribución a sus accionistas a lo largo del periodo, con una fase de crecimiento a partir de 2023 que le permitirá superar esa cota del euro por acción, incluyendo la recompra de acciones que se realizaría a partir de 2022, en 2025.
El plan de recompras adicionales, que se implementará a partir de 2022, supondrá destinar entre 1.400 y 2.000 millones de euros a esta partida entre 2022 y 2025.
Imaz subrayó que, incluso en un escenario de 40 dólares de precio para el barril de petróleo, muy por debajo de los 50 dólares marcados por el grupo para el plan, Repsol tendrá «flexibilidad con el ‘capex'» para mantener la política de retribución a sus accionistas en el escenario base de 0,6 euros por acción.
Repsol prevé generar un flujo de caja operativo con sus actividades de más de 29.000 millones de euros en los próximos cinco años, así como vender activos por valor de unos 1.400 millones de euros, incluyendo desinversiones en la cartera de renovables.