La nueva CaixaBank podría repartir un dividendo en efectivo con cargo a 2020 tras recibir el visto bueno por parte de los reguladores a la operación de consolidación, que previsiblemente se producirá en febrero o marzo de 2021 y siempre y cuando el Banco Central Europeo (BCE) haya levantado el veto a la distribución de dividendos.
Así lo ha puesto de manifiesto el director general adjunto financiero de Bankia, Leopoldo Alvear, durante un encuentro virtual con accionistas organizado para responder dudas sobre la fusión de la entidad con CaixaBank, apenas una semana antes de la celebración de la junta general extraordinaria en la que se tendrá que votar el proyecto común que dará lugar al grupo financiero más grande de España.
Aunque la política de dividendos futura aún está por determinarse por parte del nuevo consejo de administración, Alvear ha indicado que hay una coincidencia clara entre ambas entidades para continuar con el reparto del dividendo en efectivo tan pronto como sea posible y ha recordado que la ratio habitual venía siendo de entorno al 50% de los beneficios.
Del mismo modo, confía en que el regulador vaya volviendo a la normalidad en lo que respecta a los dividendos, a medida que se vayan dilucidando las incertidumbres futuras. En su opinión, el BCE podría permitir volver al dividendo a las entidades bien capitalizadas, «como será el caso de la nueva CaixaBank».
Mientras tanto, el exceso de capital que Bankia se había comprometido a distribuir irá destinado a llevar a cabo la operación de fusión y a construir un colchón para acometer la reestructuración. «Vamos a invertir el exceso de capital en la fusión para incrementar el beneficio por acción y llegar hasta ese 70% que contempla el consenso de analistas», ha añadido Alvear.
Por otra parte, algunos accionistas han mostrado su preocupación por la figura técnica de la fusión y la ecuación de canje. La operación se ha articulado mediante el intercambio de acciones, no en efectivo, con el fin de no perder el potencial de las ganancias que podrían alcanzar los accionistas de Bankia a medida que las sinergias se vayan implementando y el mercado lo vaya valorando.
Así, la ecuación de canje de la transacción se fijó en 0,6845 acciones ordinarias nuevas de CaixaBank por cada acción de Bankia, con una prima del 20%. De esta manera, los accionistas de CaixaBank representarán el 74,2% del capital del grupo resultante y los de Bankia, el 25,8%.
No obstante, las acciones de Bankia se han acercado ya al precio de la prima, por lo que los accionistas han cuestionado si este nuevo escenario continúa siendo tan positivo. El director financiero de Bankia ha explicado que, aunque la cotización refleje el canje, el precio de las acciones de ambas entidades está subiendo en paralelo.
De este modo, está claro que por cada acción de Bankia se recibirán 0,6845 de CaixaBank, pero el precio final de intercambio dependerá de la cotización de cada una en el momento del closing de la fusión. «Hemos visto una revalorización muy sustantiva», ha remarcado.
En cualquier caso, Alvear ha subrayado que la evolución de las acciones es una preocupación compartida con la cúpula de la entidad. En esta línea, ha remarcado que lo único que ha movido al equipo en este proyecto es la generación de valor. Para que no queden dudas, ha añadido que la retribución variable de buena parte de los directivos es concedida en acciones de Bankia. «Obviamente, a título personal es relevante», ha apostillado.