DIA está renegociando su deuda financiera. Se trata de 1.250 millones de euros a finales del tercer trimestre de 2020. Una posibilidad es que Letterone, propietario del 75% del capital del grupo, capitalice los cerca de 200 millones que le adeuda DIA, y que los bancos, liderados por Santander y BBVA, extiendan los plazos de vencimiento. De no llegarse a un acuerdo con la banca a corto plazo, el impacto no sería relevante. Pero, a largo plazo, sobrevolaría sobre la compañía el concurso de acreedores.
“A priori, la opción de Letterone sería una buena operación para los bancos ya que, al aumentar los fondos propios de la compañía, la solvencia de la deuda bancaria mejora”, señala César Fernández Tajes, director del Instituto Superior de Bolsa, Inversión y Finanzas (Isbif). Y añade: “Además, al liberarse la compañía del pago de los gastos financieros asociados a esta deuda, permite la mejora de la generación de caja”.
Mikhail Fridman, el propietario de DIA y de Letterone, prevé inyectar esos 200 millones. Lo hará con la condición de que los bancos aplacen el vencimiento de deuda de 71 millones que caduca en junio de 2021. Pero sobre la mesa también están otros 900 millones de euros del crédito sindicado que, en su caso, vencen en 2023. Y es aquí donde, sí o sí, DIA necesita llegar a un acuerdo con la banca. ¿Cómo? Extendiendo, más o menos, los vencimientos de la deuda; exigiendo los bancos una ampliación de capital adicional; venta de activos… “En caso de no acuerdo, la compañía entraría en concurso de acreedores y, probablemente, en un escenario de liquidación donde los bancos recuperarían un porcentaje bajo de su deuda”, aclara el director del Isbif.
DIA Y LAS AMORTIZACIONES
De enero a septiembre, el resultado financiero neto de DIA fue de -160 millones de euros. El pago de intereses de la deuda fue de 36,6 millones, más 19,1 millones de otros gastos financieros, y unos seis millones mensuales en costes de refinanciación.
“A corto plazo, y de no llegarse a un acuerdo, no tendría un impacto relevante ya que esto representa aproximadamente el 10% de la deuda de la compañía. Sería una operación positiva en la buena dirección de ir reduciendo paulatinamente la deuda. No sería dramático no alcanzar un acuerdo en el corto plazo”, sostiene César Fernández Tajes.
Junto a la factura financiera, DIA también tiene que hacer frente al elevado coste en amortizaciones. Hablamos de casi 330 millones de euros en este año. De esa cantidad, 104 millones corresponden al tercer trimestre. “El elevado coste en amortizaciones por el cierre de tiendas debería desaparecer en el momento que la compañía entre en un escenario normalizado de cierre. Todos los años se va optimizando con aperturas y cierres”, indica César Fernández Tajes.
En lo que va de año, DIA ha cerrado 76 tiendas en España, 10 en Portugal, 24 en Argentina, y 104 en Brasil. Más 120 establecimientos de Clarel en España. “Habrá que estar pendientes de que esta partida realmente disminuya cuando el plan extraordinario de cierre de tiendas finalice. Porque, en caso contrario, sería que no es un coste extraordinario y es recurrente”, matiza el director del Isbif.
DISMINUIR COSTES
Media sonrisa. Así se puede definir la situación que vive DIA tras la presentación de resultados. Cierto que las pérdidas siguen siendo santo y seña. En los primeros nueve meses han sido de 246 millones de euros. Pero también es cierto que las ha reducido a la mitad respecto al mismo periodo del año pasado.
Para disminuir costes, DIA debería actuar en las tres principales partidas. Por un lado, en el coste de ventas (productos), cambiando el mix hacia aquellos artículos que dejan más margen. Por otro, en personal, disminuyendo el número de horas necesarias para la operación de las tiendas: optimización de horarios, mejora de procesos, cajeros automáticos… Y, por último, renegociando las rentas de los alquileres con los propietarios.