Cepsa registró unas pérdidas netas de 810 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lastrada por el impacto del Covid-19, especialmente en el primer semestre del ejercicio, que ha llevado a la compañía a acumular a septiembre unos deterioros por más de 800 millones de euros.
En concreto, el resultado neto del grupo acumulado a septiembre incluye el efecto contable de la valoración de inventarios, con un impacto negativo de 479 millones de euros, y el deterioro de activos de Exploración y Producción por otros 322 millones de euros.
No obstante, el beneficio neto ajustado de la compañía, que mide específicamente el desempeño de los negocios, a cierre de septiembre registraba ya un saldo positivo de 31 millones de euros.
El resultado bruto de explotación ajustado (Clean CCS Ebitda) de la compañía participada por Mubadala y The Carlyle Group se situó en los 910 millones de euros a cierre de septiembre, alcanzando los 277 millones de euros en el tercer trimestre del ejercicio, lo que representa un incremento del 54% frente al segundo trimestre de 2020.
Mientras, el beneficio neto reportado en el tercer trimestre del grupo fue también positivo, con 31 millones, así como el beneficio neto ajustado, que se situó entre julio y septiembre en los 39 millones de euros.
Así, a pesar del impacto mundial por la pandemia del Covid-19, la compañía ha sido capaz de generar resultados positivos en este tercer trimestre, incluso en un contexto de mercado extremadamente complicado.
El consejero delegado de Cepsa, Philippe Boisseau, puso en valor que, pese al difícil contexto actual, la energética ha sido capaz «de sortear la crisis y ha demostrado los beneficios que aporta su modelo denegocio integrado y su privilegiada presencia geográfica, con acceso a los tres grandes mercados de Europa, África Occidental y el Mediterráneo, así como nuestra posición de liderazgo a nivel mundial en la industria química».
Asimismo, anunció que Cepsa está trabajando «en una renovada y ambiciosa estrategia» a largo plazo que abordará los desafíos de la transición energética, para lo que presentará en el primer semestre de 2021 su nuevo plan estratégico, que «supondrá un punto de inflexión para la compañía y sentará las bases para conseguir que Cepsa se sitúe en primera línea de esta transición».
El flujo de caja operativo de la compañía durante el trimestre fue de 224 millones de euros, lo que supone un aumento del 159% respecto a los 86 millones de euros registrados en el segundo trimestre.
PLAN DE CONTINGENCIA
En abril, Cepsa implementó un plan de contingencia de 500 millones de euros para hacer frente a la caída de los precios del crudo y al impacto global provocado por el coronavirus, que está aún en marcha.
Así, hasta el pasado mes de septiembre, la empresa ha conseguido ahorros por 390 millones de euros mediante la reducción de 100 millones de euros en costes y 290 millones de euros en inversiones de capital.
Además, desde el inicio de la pandemia, la empresa ha seguido mejorando su estructura de capital con la ampliación del plazo medio de vencimiento de la deuda y el refuerzo de la posición de liquidez mediante dos emisiones de bonos por valor de 500 millones de euros, así como con la formalización de nuevas líneas de crédito, que ascienden a más de 1.100 millones de euros.
Como resultado de ello, el balance general de la empresa continúa siendo sólido, con una liquidez total de 4.600 millones de euros, lo que permite cubrir 4,9 años de vencimientos de deuda y un ratio de deuda neta/Ebitda de los últimos 12 meses de 2,2 veces.
SIGNOS DE RECUPERACIÓN EN EL TERCER TRIMESTRE
Por otra parte, Cepsa destacó que durante el tercer trimestre se han observado signos de recuperación, especialmente en los negocios de Exploración y Producción y Comercialización, con unos precios de crudo estabilizados en una horquilla de 40 a 45 dólares el barril.
Asimismo, la demanda de productos petrolíferos en los mercadostradicionales de Cepsa en la Península Ibérica ha mejorado ligeramente gracias a la flexibilización de las medidas de confinamiento y a la temporada de vacaciones de verano, aunque el negocio de Refino ha seguido sufriendo una gran presión, ya que los márgenes de refino europeos han registrado sus niveles más bajos de la última década.
En este contexto, la demanda de productos petrolíferos para automóviles durante el trimestre evolucionó de forma bastantepositiva, con un considerable aumento frente al segundo trimestre de un 56%, impulsado por el fin de las restricciones a la movilidad en España y el período de vacaciones de verano.
A pesar de ello, el grupo estima que las cifras siguen estando un 10% por debajo del tercer trimestre de 2019, aunque se observó un fuerte repunte respecto al segundo trimestre, en el que la demanda bajó un 40% en relación con el segundo trimestre de 2019.
En lo que respecta al negocio de Química, ha seguido ofreciendo buenos resultados y ha demostrado su resiliencia ante los escenarios más adversos, destacando la importancia y los beneficios de la diversificación en el actual contexto macroeconómico.