Una de las ideas de muchas familias para soportar el bache de la crisis económica tras la pandemia del coronavirus ha sido mudarse a los municipios de la ‘España vaciada’, donde los precios son considerablemente más bajos. De hecho, la oferta ha caído solo un 1,2% desde marzo.
Además, durante las largas semanas del confinamiento las familias tuvieron tiempo para descubrir nuevas necesidades. Así, han aumentado el número de operaciones en zonas rurales para disfrutar de la naturaleza en una casa mucho más barata.
En concreto, según pisos.com, la pandemia «apenas ha menoscabado la oferta inmobiliaria de las regiones con menos interés residencial«, entre las que se encuentran Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Galicia y La Rioja.
Así, en términos absolutos, en el inicio de la pandemia, la oferta inmobiliaria de compra en estas autonomías era de 99.267 viviendas, mientras que en la actualidad es de 98.485 residencias.
El portal ha puesto de relieve que las autonomías cuya evolución demográfica se mantiene más estable o incluso decrece «ha aguantado la peor parte de la crisis sanitaria».
Según los datos, Castilla y León (+3,8%) y La Rioja (+1,51%) han sido las dos únicas autonomías de la ‘España vaciada’ en las que se ha incrementado el número de viviendas en venta desde marzo. Por el contrario, la oferta se ha reducido en Castilla-La Mancha (-5,9%), Extremadura (-4,02%), Aragón (-3,61%), Asturias (-1,8%) y Galicia (-0,86%).
Teniendo en cuenta el precio, las autonomías más baratas son Castilla-La Mancha (897 euros por metro cuadrado) y Extremadura (1.108 euros por metro cuadrado). Le siguen Castilla y León (1.233 euros), Aragón (1.278 euros) y Galicia (1.378 euros).
Las dos regiones más caras son La Rioja (1.454 euros) y Asturias (1.479 euros por metro cuadrado). No obstante, estas autonomías forman parte del ‘top 10’ de las más baratas de España, según pisos.com.
El director de estudios de pisos.com, Ferran Font, ha incidido en que «la estabilidad de estas regiones durante la crisis se debe a que va más vinculada a los índices de natalidad y de defunciones, así como a la productividad de su tejido empresarial, especializado en los sectores primario y secundario, que a aspectos macroeconómicos o fluctuaciones del turismo».
Para el experto, la crisis del coronavirus y los cambios que ha producido en la demanda pueden «jugar un papel inesperado» a la hora de conseguir preservar el interés inmobiliario por la ‘España vaciada’ y frenar la despoblación que venía registrando durante las últimas décadas.