En el plano reputacional, jurídico o laboral. Las empresas están preocupadas por la relación con sus proveedores, y, sobre todo, con el impacto que estos tienen en las organizaciones cuando en la ecuación entra el covid-19.
De hecho, y según un estudio de Grupo CMC, el daño a la imagen de marca debido a no poder controlar que los proveedores cumplan con los protocolos de salud ha escalado como primer temor (30%) para las organizaciones.
Se trata de una circunstancia vital para las empresas, que, incluso, va mucho más allá de la imagen de marca. Así, según las estimaciones de Grupo CMC, la situación sanitaria en la que han de desarrollarse los negocios actualmente ha agudizado la presión que habitualmente soportan las empresas por problemas provocados desde sus proveedores.
Y las cifras avalan el contexto. Según datos de Grupo CMC, durante los tres últimos años, el 87% de las compañías han experimentado algún tipo de incidente relacionado con terceros, tanto desde el punto de vista reputacional, como jurídico, laboral o económico; y de ellas, el 28% de las organizaciones que sufrieron incidentes han enfrentado grandes interrupciones del servicio a sus clientes. Por otra parte, en el 46% de las empresas estos incidentes han tenido un impacto alto en el negocio: pérdidas financieras importantes e incumplimiento normativo.
UN MUNDO QUE CAMBIA
A juicio de Grupo CMC, la crisis actual ha destapado un escaso gobierno del riesgo por parte de las empresas, aparejado a malas prácticas de sus proveedores. Concretamente, y según los datos que maneja la compañía, sólo un 2% de las empresas identifica, monitoriza, supervisa y analiza a todas las empresas subcontratadas. Por otro lado, el 70% de ellas considera insuficiente su inversión para evitar incidentes con empresas proveedoras, y la mitad (53%) tiene una falta de coordinación y consistencia en el enfoque de su modelo de gestión de riesgos extendido.
Esta situación, y la incertidumbre de cara a un futuro próximo, ha provocado, según Grupo CMC, que el 54% de las organizaciones muestren interés en poder adoptar soluciones capaces de gestionar mejor las relaciones con sus proveedores.
Ante esa necesidad y para facilitar a las empresas un análisis completo de sus proveedores, Grupo CMC ha puesto en marcha el servicio Smart Risk 360, que monitoriza y analiza en tiempo real los riesgos que les pueden afectar para, en caso necesario, mitigar dichos riesgos y las penalizaciones a las que se exponen.
En este contexto, cabe recordar que la responsabilidad penal de las empresas, como personas jurídicas, afecta a los delitos que se cometan tanto dentro de su organización como los cometidos por terceros que les presten servicios, tales como proveedores, subcontratas o autónomos. Sin embargo, esta responsabilidad queda eximida si la organización demuestra que ha tomado las medidas de prevención establecidas por norma.
SISTEMAS DE AYUDA
Bajo este escenario, el servicio Smart Risk 360 de Grupo CMC se basa en una plataforma integral de monitorización y análisis que se nutre con los datos de todas las fuentes de información disponibles, tanto online como offline, que son objeto de análisis. Permite integrar desde datos procedentes de fuentes oficiales (BOE y Boletines Oficiales de CCAA y Ayuntamientos) e informes de mercado (Axesor, Equifax, Informa, entre otros) hasta los datos de riesgo online aparecidos sobre los proveedores en redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram y Youtube), así como en medios de comunicación, páginas web, blogs, foros, etc., que se extraen por medio de la monitorización digital y escucha social. Además, esta plataforma también permite la integración de los datos internos que cada cliente disponga sobre cada proveedor.
La plataforma se encarga de cruzar todos los datos disponibles en diferentes áreas de conocimiento (legal, financiera, operacional, reputacional, laboral, medioambiental, etc.), los analiza y aprende de ellos, aplicando Inteligencia Artificial (IA) y algoritmos semánticos en base a diccionarios y lexicones de riesgo predefinidos y adaptados a cada cliente para establecer un scoring de riesgo integral de cada proveedor y construir una matriz de relevancia y riesgos con el fin de que las organizaciones alcancen una mayor eficiencia en la gestión de proveedores.
