El comercio minorista vive sus horas más bajas por la pandemia. En los nueve primeros meses de 2020, sus ventas han bajado, de media, un 8,2%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). En datos desestacionalizados, un 8,5%. La consecuencia es que 67.500 pequeños y medianos comercios ya han cerrado, el 15% del total. Entre ellos, las tiendas conocidas como de todo a un euro, o aquellas otras de alimentación, ambas regentadas por chinos. Todo un varapalo que ha llevado, incluso, al cierre de locales en uno de los pulmones comerciales en el que una parte importante de este tipo de establecimientos se nutría de mercancías de origen chino. Se trata del polígono Cobo Calleja, en la localidad madrileña de Fuenlabrada.
“Ahora mismo la caída de las ventas está sobre el 50%. Durante los meses de confinamiento, llegó a ser del 80%”, señala un propietario de uno de estos establecimientos en Cobo Calleja que prefiere mantener el anonimato. Y añade: “Los clientes se quejan de que les ha bajado el negocio. Y, cuando vienen, piden muy poco. Otros nos han llamado diciendo que han cerrado porque han intentado que les bajaran el precio del alquiler de los locales pero no lo han conseguido”.
Una situación que podría agravarse con la segunda ola de la pandemia y las nuevas restricciones impuestas por las comunidades autónomas, cierres perimetrales incluidos. De ahí que ese 15% de cierres, antes citado, según la Confederación Española del Comercio (CEC), podría llegar al 20%. Entonces, el candado alcanzaría a unos 90.000 establecimientos.
Esta cifra podría salvarla, o hundirla todavía más, la campaña de Navidad. Dependerá de la evolución de la pandemia y de las medidas económicas que se tomen. Pero el optimismo no es precisamente lo que prima en el sector. “Todo indica que a partir de enero la situación será aún más dura y habrá nuevos cierres”, señala el presidente de CEC, Pedro Campo, en un comunicado. Los 100.000 cierres llaman a la puerta.
EL COMERCIO MINORISTA SE ENFRÍA
Cobo Calleja tiembla. El polígono de 167 hectáreas, el más grande de España, también considerado el Chinatown del comercio, ya ha visto como parte de su medio millar de empresas están echando el cierre. “Han aumentado los pedidos online, pero no llegan a ser iguales que la venta en tienda”, añade el propietario de Cobo Calleja.
Pese a la ligera recuperación de mediados de año, las ventas minoristas comienzan a enfriarse. Así lo indica el retroceso mensual de las ventas al por menor en septiembre. Cayeron un 2,1% respecto al mismo mes de 2019. Anotan la segunda caída en tres meses y las más intensa desde abril (-0,3% respecto a agosto).
Este retroceso mensual se debe al deterioro de las ventas en bienes no alimentarios (-0,6%, frente al estancamiento de las de alimentos), sobre todo las de equipo del hogar (-3,7%). En el lado positivo, el fuerte avance de las ventas de equipo personal (+2,3%). Las ventas de bienes relacionados con la salud (medicamentos), el ocio (papelería, juguetería, artículos de deporte…) y otros como relojería, droguería, o artículos de regalo y de viaje, por su parte, descendieron en un 1%.
ÚNICO LOCAL
Por lo que respecta al tipo de establecimiento, caen las ventas en estaciones de servicio (-1%), y en pequeñas cadenas y empresas unilocalizadas (-0,9% en ambos casos). Las últimas son aquellas que realizan su actividad comercial a través de un único local. Por ejemplo, aquellas conocidas como de todo a un euro, o aquellas otras de alimentación regentadas por chinos. Conviene recordar que, cuando empezaron a llegar los datos de la pandemia, los primeros establecimientos que echaron el cierre fueron aquellos regentados por ciudadanos chinos. Incluso antes del estado de alarma.
Las ventas en grandes cadenas son las únicas que siguen en un tono positivo, con un crecimiento anual del 2,4%. Todo lo contrario sucede en las pequeñas cadenas, con una caída del 14,5%. En empresas unilocalizadas, el descenso es del 0,7%, y en las grandes superficies, del 5,6%.
Por comunidades autónomas, donde más ha bajado la persiana el comercio minorista es en Baleares, Canarias, y Cataluña. Zonas con una alta carga de turismo que han notado la caída del mismo. Eso se ha traducido en que, por ejemplo, el mayor número de despidos haya sido en Baleares, Canarias y Madrid, por este orden. Más de 107.000 personas están con el empleo suspendido entre comercio al por mayor y al por menor, según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.