viernes, 13 diciembre 2024

Lagarde promete para diciembre un paquete de medidas

El Banco Central Europeo (BCE) «recalibrará» todas las herramientas a su disposición sin descartar ningún elemento para alcanzar el equilibrio más eficaz entre las distintas medidas para combatir el impacto adverso de la segunda oleada de contagios sobre la economía y las perspectivas de inflación, que han provocado una pérdida de impulso mayor de lo previsto en la recuperación de la zona euro.

«La recuperación económica de la zona euro está perdiendo impulso de manera más intensa de lo previsto con un claro deterioro de las perspectivas», ha advertido la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, decidió mantener sin cambios este jueves sus medidas.

Lagarde, que cumple su primer año al frente del instituto emisor de la eurozona, ha destacado el deterioro experimentado particularmente por el sector servicios, señalando que los riesgos para la economía de la zona euro aparecen «claramente inclinados a la baja».

De hecho, la banquera central ha admitido que, tras un tercer trimestre que puede superar las expectativas, se espera que «noviembre sea muy negativo» por lo que el dato del PIB del cuarto trimestre se situará probablemente por debajo de lo esperado y no puede descartarse incluso que vuelvan a registrarse cifras negativas de crecimiento.

De este modo, la presidenta del BCE ha asegurado que la entidad examinará con cuidado los datos entrantes para que, con sus nuevas proyecciones macroeconómicas, que se conocerán en diciembre, evaluar los riesgos y «recalibrar sus instrumentos de la manera apropiada para contrarrestar el negativo impacto de la pandemia en la recuperación».

«Todos los miembros estuvieron de acuerdo en la necesidad de actuar», ha indicado Lagarde, desvelando que los técnicos de la institución han comenzado a examinar todas las opciones sobre la mesa. «Miraremos todo», ha asegurado la francesa, comprometiéndose a hacer uso mientras tanto de todos los instrumentos disponibles con flexibilidad.

En este sentido, ha insistido en que esta recalibración de instrumentos puede abarcar cualquier aspecto de los programas, incluyendo tanto la duración de los mismos, como su volumen, exigencias de garantías o composición. «Los comités están trabajando en ello», adelantó.

«Lo hemos demostrado en la primera oleada y lo haremos en la segunda», ha afirmado Lagarde, recordando que, en cualquier caso, «la unanimidad no es necesaria para actuar».

En cuanto a la evolución de los precios, Lagarde ha defendido que la eurozona no se encuentra en deflación, a pesar de registrar tasas negativas, ya que esta evolución corresponde a elementos puntuales como el desplome de los precios de la energía y la bajada del IVA en Alemania, por lo que adelantó que espera que la inflación se mantendrá en territorio negativo el resto hasta principios de 2021, cuando debería comenzar a subir.

Por otro lado, la presidenta del BCE ha señalado que, al margen del aspecto político, las inminentes elecciones presidenciales en Estados Unidos, que tendrán lugar el próximo 3 de noviembre, representan junto al ‘Brexit’ uno de los dos grandes eventos geopolíticos cuyo resultado puede afectar «en un sentido u otro».

En su reunión de este jueves, el BCE ha mantenido sin cambios los tipos de interés de referencia para sus operaciones de refinanciación en el 0%, mientras que la tasa de facilidad de depósito continuará en el -0,50% y la de facilidad de préstamo, en el 0,25%.

Al igual que en otros comunicados anteriores, el BCE ha explicado que estima que el precio del dinero se mantendrá en sus «niveles actuales o más bajos» hasta que considere que los pronósticos de inflación «convergen robustamente» con un nivel lo suficientemente cerca, pero por debajo, del 2%.

La autoridad presidida por Christine Lagarde también ha decidido mantener intacto su ritmo y volumen de compra de activos. Así, el banco central seguirá adelante con las compras flexibles bajo su programa de compra de activos contra la pandemia (PEPP), cuyo volumen total alcanza los 1,35 billones de euros.


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