Hay amores que duran una eternidad y otros que, el paso del tiempo, acaba rompiendo. Más que esto último, lo que ha hecho perder la confianza de Florentino Pérez respecto a Marcelino Fernández Verdes ha sido su gestión. El presidente de ACS ha ido dejando pistas, en forma de ceses de hombres de confianza de su consejero delegado, para decirle que no cuenta con él como relevo. Un matrimonio roto en el que su todavía CEO no se irá con las manos vacías. Su botín como sucesor ya supera los 90 millones de euros. Más lo que perciba este año, y la posible indemnización.
El año 2017, cuando Marcelino Fernández Verdes compagino el cargo de consejero delegado en el grupo ACS, más los de sus filiales cotizadas (Hochtief y Cimic), hizo una caja de 20,46 millones de euros. Un año después, se embolsó una retribución de 11,18 millones de euros, incluso por encima de la de su presidente: 6,75 millones.
La situación de Marcelino Fernández Verdes respecto a Florentino Pérez se repitió en 2019: 18,8 millones de euros frente a los 6,8 de su valedor. Es decir, que en los tres años que ha estado como CEO de ACS, mano derecha, delfín y sucesor, se ha embolsado 51,06 millones de euros.
Una cantidad que se incrementaría en 31,2 millones de euros si sumamos el año 2016, donde oficiosamente ya era el elegido para sustituir a Florentino Pérez. Entonces su botín fue de 5,2 millones de euros por ser el consejero delegado de Hochtief, más 26 millones de euros por un bonus en acciones de Cimic (1,2 millones de acciones a 33,3 dólares por aquel entonces). Bonus que ha ido vendiendo durante los últimos años. Un año antes, cobró 5,2 millones, y en 2014, el año en el que el dedo de Florentino le señaló como su relevo, 4 millones de euros. Otros 40,4 millones más.
UNA VIDA EN ACS
Marcelino Fernández Verdes nació en Oviedo allá por 1955 y se incorporó a ACS en 1987. No fue un fichaje como tal, sino que Florentino Pérez le conoció tras absorber la empresa en la que trabajaba. Ambos ingenieros de Caminos, y siguiendo el símil matrimonial, lo suyo fue un amor a primera vista. Entre las cualidades que actuaron como imán para el presidente de ACS, su perfeccionismo, su inteligencia, y su carácter reflexivo.
Viajero infatigable, su vida transcurrió entre Alemania y Australia. Y todo porque Florentino Pérez confió ciegamente en él para reestructurar y sanear Hochtief y Cimic. Debía recortar su deuda (una de las obsesiones del presidente de ACS) y aumentar su rentabilidad.
Sin embargo, en la filial australiana Cimic no era oro todo lo que relucía. Las dudas sobre su contabilidad cayeron como un jarro de agua fría en el grupo ACS. Eso sí, las supuestas irregularidades contables destapadas por dos informes no fueron óbice para que Marcelino Fernández Verdes acabara de cobrar un bonus antes de que saltaran las alarmas.
Como destapó MERCA2, pese a llevar todo el mando de la firma australiana, su salario registrado nunca estuvo ligado a la consecución de objetivos financieros como la mejora de los ingresos, el crecimiento del Ebitda, o el aumento de los beneficios.
La fallida aventura de Cimic en Oriente Medio, con un coste de unos 1.000 millones de euros, más el desplome en Bolsa atenuado por la posible venta de Cobra, y las continuas ventas de activos para hacer frente a la deuda, han acabado por socavar la confianza de Florentino Pérez respecto a Marcelino Fernández Verdes como sucesor en ACS.