Salud y estética van de la mano, especialmente para las mujeres, quienes buscamos cuidarnos al máximo para realzar nuestros atributos. Como parte de mi evaluación médica de rutina, el médico de familia me indica que debo realizarme de nuevo la citología vaginal, ya que han pasado más de dos años de la última vez que me realicé ese examen y es muy importante para las mujeres sexualmente activas, pues permite detectar a tiempo lesiones premalignas y neoplasias como el cáncer de cuello uterino.
Test de Papanicolaou o Citología Vaginal
Siguiendo las recomendaciones del doctor, accedo a practicarme en esa consulta la citología vaginal, también conocida como test de Papanicolau. Se trata de un examen rápido, sencillo, un tanto incómodo, aunque sumamente necesario para la detección de anormalidades en las células del cuello uterino, principalmente las que son producidas por el Virus del Papiloma Humano (VPH).
Los protocolos de investigación varían en cada país. En general, toda mujer desde que inicia su actividad sexual debe realizarse la citología vaginal, y de acuerdo a los resultados, el seguimiento será cada dos o tres años. Algunas veces, se puede realizar en conjunto la detección de la infección por VPH y el tipo específico.
Básicamente este examen consiste en tomar una muestra de las células que están en el cuello uterino para que puedan ser estudiadas bajo el microscopio en busca de cambios que sugieran infección por VPH u otras enfermedades, y a su vez, clasificar estos cambios como alteraciones de bajo y alto grado, sugestivas o no de malignidad.
Infección por VPH
En menos de 5 minutos el médico me examinó y tomó la muestra para la citología. Debía concertar la consulta siguiente en unos 15 días para recibir los resultados del examen. No me preocupé demasiado, ya que suelo ser precavida con mis relaciones sexuales.
Pasadas dos semanas, regresé a la consulta como habíamos combinado. El médico leyó el resultado de la citología… “Lesión intraepitelial escamosa de bajo grado- LSIL”. En mi cabeza lo único que resonaba era la palabra “lesión”, pero ¿qué significa esa alteración?
LSIL y HSIL
El médico me explicó que se trata de una clasificación que utilizan para describir los cambios que produce la infección por VPH en las células del cuello uterino. LSIL significa “lesión intraepitelial escamosa de bajo grado”, lo que quiere decir, que algunas células del cuello uterino son anormales, pero que estas alteraciones son leves y no se relacionan con cáncer. De hecho, el cuerpo puede restaurar estos cambios, por ello es importante hacerle seguimiento cada 6 meses.
Por su parte, existe también el término HSIL, que significa “lesión intraepitelial cervical de alto grado”, que indica que existen cambios importantes en las células causados por el VPH que pueden progresar hacia el cáncer de cuello uterino, y requieren mayor investigación y exámenes complementares, por ejemplo, biopsia de la lesión, para decidir la conducta.
El médico me preguntó si estaba vacunada. La verdad no. Desconocía la existencia de esta vacuna.
Vacunas contra el VPH
Actualmente se disponen de vacunas que ayudan a prevenir la infección por algunos tipos de virus VPH, especialmente aquellos más relacionados con el cáncer de cuello uterino y con la aparición de verrugas genitales.
Las vacunas disponibles protegen contra los tipos de VPH 16 y 18, que causan más del 80% de los cánceres de cuello uterino. También, previenen de la infección contra los tipos 6 y 11 que son responsables por las verrugas genitales. Recientemente, los investigadores lograron incluir la protección contra otros tipos de VPH con potencial maligno, como los tipos 31, 33, 45, 52 y 58.
Estas vacunas pueden ser aplicadas en todas las personas entre 9 y 45 años de edad, con diferentes esquemas y protocolos de administración de acuerdo a las directrices específicas de los sistemas de salud de cada país. Idealmente, la vacunación debería comenzar desde la infancia y preadolescencia, para que cuando los niños se conviertan en jóvenes sexualmente activos ya estén protegidos.
¿Qué más puedo hacer para cuidarme?
Además de recomendarme la vacunación, y de indicarme la siguiente consulta de control en 6 meses, el médico me comentó sobre otras medidas que puedo tomar para fortalecer mi sistema inmunológico y prevenir la infección por VPH y otras enfermedades.
Conjuntamente con prácticas sexuales seguras, existen otras medidas que pueden ayudar a prevenir las infecciones por VPH, enfocadas en fortalecer el sistema inmunológico para que pueda controlar , limitar y eliminar las infecciones por el virus.
Uno de estos adyuvantes es el Papiloxyl, un suplemento a base de compuestos como lactoferrina, zinc, vitamina C, vitamina B12, vitamina B9, reishi y shiitake, que actúan como moduladores y potenciadores de la respuesta inmunológica celular, y también previenen del daño celular por estrés oxidativo.
Papiloxyl forma parte de los inmunoterápicos, que se incluyen en la estrategia integral para el control de las infecciones virales, como en el caso del VPH, ayudando a mantener el equilibrio inmunológico del organismo, fortaleciendo las defensas, previniendo y combatiendo las infecciones por los tipos de VPH que causan neoplasias y/o verrugas genitales.
En resumen…
Más del 80% de la población mundial corre riesgo de infectarse con algún tipo de VPH en algún momento de la vida, dada su fácil transmisión, es importante comenzar medidas de prevención efectivas que limiten las infecciones, dado el riesgo de malignidad de algunos tipos de VPH.
Educación sexual, prácticas de sexo seguras, tratamiento de lesiones de piel (verrugas), citología vaginal, y vacunas, son medidas básicas para la prevención y el control de las infecciones por VPH y sus complicaciones.
Así mismo, fortalecer el sistema inmunológico, con suplementos como el Papiloxyl, mejora los mecanismos de defensa del organismo frente a las infecciones por este y otros virus.