Se ha tratado de dar apoyo económico con los ERTE, los ICO, las moratorias y las prestaciones a autónomos, pero a medida que avanza la segunda ola de la pandemia del covid-19 en España, los datos son menos optimistas. El 50% de las pymes cree que su empresa está en riesgo y no podrá sobrevivir, además un 5% ha cerrado definitivamente o prevé hacerlo, según el último barómetro de Cepyme.
Paralelamente, el Consejo General de los Colegios de Gestores Administrativos informaba esta misma semana de un incremento del 91% en la morosidad de pymes y autónomos en los próximos meses, al tiempo que consideran que sus clientes tendrán problemas de liquidez.
Y si hay alguien que acabe pagado las consecuencias de esta situación es la banca. En nuestro país, el Banco Sabadell, Santander y CaixaBank, son las entidades que mayor exposición tiene a este segmento y por tanto, los que más pueden sufrir los problemas de impagos. Ya en verano, la agencia de calificación S&P advirtió que el banco que preside Josep Oliu era el que más riesgo tenía.
MÁS DE 11.000 MILLONES EN ICO
Según las cuentas del Banco Sabadell, un 20% de sus clientes a nivel grupo son pymes y un 19% empresas. Por ello, los programas de avales públicos se tradujeron en un importante repunte del crédito para ellos en el primer semestre. La entidad había concedido a 24 de julio, 9.300 millones de euros en préstamos ICO a grandes empresas, pymes y autónomos. Además, tenía en proceso otros 1.700 millones. En total, más de 11.000 millones en circulación.
De ellos, un 14% pertenecían al turismo, hostelería y ocio. Un 9% al transporte, un 19% a la automoción y otro 19% al comercio minorista de no primera necesidad. Los sectores más perjudicados por la actual crisis.
Durante la presentación de los últimos resultados, el consejero delegado, Jaime Guardiola, quitaba hierro al asunto señalando que el pico de morosidad no llegará hasta el segundo trimestre del año que viene, coincidiendo con el fin de las moratorias. En la misma línea, este lunes y a pocos días de presentar las cuentas del tercer trimestre, adelantaba que “hay razones para ser optimistas” pues el comportamiento que están viendo en la morosidad, “es mejor de lo esperado».
¿PROBLEMA O VENTAJA?
En este contexto, Bestinver anunciaba que salía del Banco Sabadell este mismo miércoles. La acción de la entidad se deja un 70% este 2020 y vuelve a cotizar cerca de los mínimos de mayo (0,26 euros). Sin embargo, la gestora apuntaba a su dependencia a las pymes para justificar su desinversión.
Pero su visión es contraria a la del propio banco que defiende que su especialización en la gestión de pequeñas y medianas empresas, más que “un inconveniente, es una ventaja competitiva” que en momentos de crisis como la actual “cobra toda su virtud”.
Sobre todo, “tener expertise en gestión de empresas y acompañarlas en buscar soluciones” explicaba el CEO. También presumía de que el portfolio de pymes del Banco Sabadell está protegido al 50% y además, son el banco con “los mejores márgenes unitarios”. Pese a todo, Guardiola reconocía que saben que empresas “son viables y cuáles van a tener dificultades” por lo que tendrán que reprogramar deudas o estructuras de capitalización.
En este sentido, trataba de alejar los rumores de fusión, explicando que tienen sentido “cuando permiten ganar escala, crear sinergias y reducir costes”, pero cuando el negocio está enfocado a las empresas, como es su caso “la escala no es tan importante”.
PROTEGER EL MODELO PRODUCTIVO
El consejero delegado del Sabadell explicaba que el segundo trimestre fue el peor del año en márgenes y provisiones, porque recogía la caída de la actividad durante los meses de confinamiento. Por ello provisionaron 1.089 millones en los seis primeros meses.
Sin embargo, su visión ahora es más alentadora y esperan un segundo semestre de recuperación y menos provisiones. “Los números van a ser realmente buenos” apuntaba. Guardiola explicaba la dificultad de saber con precisión cómo y cuándo será la recuperación económica, pues España sufrió un golpe muy significativo en el primer semestre al ser un país donde “la movilidad, es clave y sobre todo, el sector turístico”.
Pero “hay noticias positivas”, como la aprobación del fondo de reestructuración europeo y la partida que España va a tener (700.000 millones de euros). También destacaba que, en esta crisis, toda la banca está muy alienada para que “no se destruya tejido productivo” y existe una gran preocupación sobre “cómo gestionar esta compleja situación que estamos viviendo”.