El presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés, ha incidido en la importancia de traducir los planes de transición energética en «proyectos concretos», ya que está transformación será uno de los elementos tractores tras el Covid-19 para generar inversión y empleo en una economía «francamente dañada».
Durante su intervención en el XIX Congreso de Directivos CEDE, Reynés ha remarcado que el reto de transición energética es anterior a la crisis generada por la pandemia del Covid-19, dado que hace ya tiempo que la sociedad demanda una forma de generar, transportar, distribuir y consumir energía que sea «más compatible» con el medio ambiente.
En este sentido, ha añadido que la diferencia tras la pandemia es que la transformación energética va a ser «uno de los motores tractores» de la inversión en los próximos años, «teniendo en cuenta que más que nunca el país y el mundo necesitan tractores de inversión y de generación de empleo en un momento en el que la economía está francamente dañada».
AVANCE TECNOLÓGICO
Asimismo, ha remarcado que las empresas cuentan ahora con la tecnología para abordar este proceso tras el «gran avance tecnológico» que se ha producido en muchos frentes, así como que las compañías ya no son solo distribuidoras de bienes y servicios, sino que también están «comprometidas con la sociedad.
En este contexto, ha remarcado que el «gran reto» es ser capaces de canalizar estos planes de transición en «proyectos concretos» que puedan salir adelante, bien porque su modelo de negocio así lo permite o porque sean capaces de adaptarse adecuadamente al paquete de estímulos que van a llegar de Europa.
Reynés ha remarcado que este proceso se encuentran tanto las compañías individualmente como la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), que está alineada en una forma de buscar una forma de captar, dirigir, canalizar e implementar estos proyectos.
En el caso concreto de las compañías energéticas, el presidente de Naturgy ha subrayado que no solo quieren, sino que también van a ser, los impulsores de la economía del hidrógeno, de la generación distribuida y de la digitalización de las redes, que serán los aspectos tractores de esos proyectos de desarrollo.