El chollo de Ecoembes hace aguas con los envases retornables

El volumen de producción y consumo de envases de un solo uso está completamente desorbitado. Y sólo hay una realidad menos esperanzadora que la anterior: la nula intención de envasadoras y distribuidoras de recipientes de usar y tirar de cambiar de modelo. En España, el mayor sistema integrado de gestión (SIG), Ecoembes, es también el mayor conglomerado de empresas emisoras de estos materiales contaminantes. Los mismos que generan la basura son los encargados de limpiarla estableciendo así una suerte de dependencia perversa. Además, el reciclaje de los envases depositados en los contenedores azules y amarillos, no supone ni de lejos una solución. Ahora el modelo de envase retornable, ese del ‘casco vacío’ popularizado en los 80, y que se emplea con éxito en otros países, desafía la gestión monopolística de Ecoembes.

Grupos activistas ambientales y plataformas profesionales –Greenpeace, Retorna o Recircula- y políticos –Unidas Podemos- alzan la voz con alternativas concretas y viables al actual reciclaje. La liberalización de la gestión de envases amenaza con acabar con el chollo de Ecoembes aplicando un modelo agotado que, sencillamente no funciona. Los movimientos que rechazan este modelo apuestan por soluciones definitivas como el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), una histórica reivindicación ecologista que ha cosechado el rechazo de los dos monopolios de la gestión de envases de un solo uso, Ecoembes (plásticos, latas y bricks) y Ecovidrio (cristal), formados por distribuidoras, embotelladoras y fabricantes.

A través de un SDDR, el ciudadano paga un canon por cada envase de un solo uso, cantidad que se le retorna cuando los devuelve al establecimiento. Los envases devueltos son almacenados por los establecimientos que los venden que, a su vez, los entregan a un sistema de recogida que los lleva a plantas de conteo, donde se separarán por tipología, para más tarde transportarlos a las plantas de Ecoembes y Ecovidrio, reintegrándolos en el circuito actual, tal y como propone Retorna, organización que aboga por este tipo de sistema, integrada por actores de la industria del reciclaje, ONGs, sindicatos y asociaciones de consumidores.

“Que el modelo Ecoembes no funciona, es un clamor, sobre todo después del informe publicado por Changing Markets, asegura a MERCA2 Eusebio Martínez de la Casa, presidente de Recircula. En España apenas se recupera el 25% de los envases plásticos, lo cual es mucho menos de lo que dice Ecoembes (77%). En Madrid, dos de cada tres envases se recogen en la fracción ‘resto’ o contenedor gris o papeleras, además, en el amarillo apenas cabe el 19% de los envases que se ponen a la venta.

«Que el modelo Ecoembes no funciona, es un clamor», Eusebio Martínez de la Casa

“España: Un lobo con piel de cordero”, es el título que encabeza el capítulo específico dedicado a nuestro país del informe denominado Talking trash, en directa alusión a Ecoembes, sus accionistas y su presión para anular y retrasar legislaciones medioambientales de reciclaje y recuperación de envases. La investigación realizada por organizaciones de más de 15 países muestra las prácticas de lobby y greenwashing de las grandes empresas contaminantes.

Ecoembes es la responsable de gestionar los fondos recaudados de las tasas que las empresas de envasado pagan para reciclar el plástico. Está controlado por la empresa Ecoembalajes España, una poderosa red de empresas que comprende más de 12.000 compañías vinculadas a los plásticos. Las marcas de consumo más destacadas de Ecoembes son Bimbo, Pascual, Campofrío, Coca-Cola, Colgate, Danone, Henkel, L’Oreal, Nestlé y PepsiCo.  Entre sus miembros de envases de plástico están Tetra Pak Hispania, Ciclopast y Ecoacero.  Por último, incluye entre sus miembros a las grandes cadenas de supermercados, como Alcampo, Carrefour, DIA, El Corte Inglés, Mercadona y SPAR.

DEVOLUCIÓN Y RETORNO VS RECICLAJE

Mientras en la práctica cotidiana de compra y posterior gestión diaria de envases todo sigue igual, el Consejo de Ministros aprobaba este mes de junio el Anteproyecto de Ley de Residuos. Para Unidas Podemos la regulación de los residuos es «una de las principales asignaturas pendientes» del país en materia ambiental. El diputado ecologista y presidente de la Comisión de Transición Ecológica, Juantxo López de Uralde, ha reconocido que llevaba «mucho tiempo» incidiendo en la idea de abordar una mejora en los sistemas de gestión de residuos de envases.

«Hasta ahora, el modelo de reciclaje, dominado por el modelo de Ecoembes, se ha quedado estancado y hace mucho que no cumple sus objetivos, pero existen alternativas exitosas en otros países como el Sistema de Devolución y Retorno (SDDR) que esperamos que llegue a implantarse pronto en todo el territorio”, manifestaba López de Uralde, tras la tramitación del Gobierno.

Fuentes de Unidas Podemos consultadas por MERCA2, insisten en que el SDDR “es un compromiso electoral” que la formación morada llevaba en su programa. Las mismas fuentes critican “la falta de transparencia de Ecoembes” así como el modelo de “monopolio” que cobra a distribuidoras y envasadoras “una tasa para poder decir que reciclan” y, sin embargo, “no hay manera de acceder a los datos reales de reciclaje” de Ecoembes.

Desde la formación morada recuerdan que en 2016 hubo un intento por parte de la Comunidad Valenciana de poner en marcha el sistema de retorno de envases, pero que “las presiones ejercidas por Ecoembes lo impidieron”. Por eso, este partido defiende que “entren más actores en la gestión, para dar cabida a otros modelos”, pero Ecoembes se encarga de “expulsar otras posibilidades”. Por lo pronto, las leyes autonómicas navarra y balear son las más avanzadas en este sentido, pero ningún territorio español ha implantado todavía experiencias en este sentido, que sí están en marcha en otros países.

Por ejemplo, Portugal, trabaja desde hace más de un año para estrenar un Sistema de Depósito a partir de 2022 y ya ha puesto en marcha, a pesar de la pandemia, pruebas piloto en más de una veintena de supermercados de todo el país para fomentar la devolución de botellas de plástico al comercio.

Mapa SDDR Europa Recircula Merca2.es
Mapa de Europa de la aplicación del SDDR por países, de Recircula

Tal y como explica Miquel Roset, director de Retorna, en el diario El Salto, en los últimos tres años, 14 países y regiones del mundo han legislado a favor de devolver las latas y las botellas a la tienda para acabar con su abandono masivo en el entorno y conseguir reutilizar y reciclar más del 90% de estos envases. El Gobierno también tiene la oportunidad de que el Sistema de Depósito sea una realidad a partir del 1 de enero de 2023, si nos ajustamos a los tiempos legislativos. “Compramos bebidas, no envases”, describe Roset, “y queremos tener el derecho de devolvérselos al comercio para que los puedan reutilizar o convertir en nuevas latas, botellas y bricks”.

Desde Retorna recuerdan que en España, cada día se pierden 30 millones de latas, botellas y briks que acaban o enterrados en un vertedero, quemados en una incineradora o abandonados por nuestras calles, bosques y playas y, en consecuencia, poniendo en riesgo nuestra salud.

LA ‘GYMKANA’ DEL RECICLAJE DE ENVASES

En Greenpeace España lo tienen claro: “hemos perdido muchísimos años y se necesita ir bastante más allá, porque el reciclaje de envases no es circular”, afirma Alba García, de la campaña de ciudades de la organización ecologista, y añade, “apostamos por la reutilización como solución definitiva”.

En el mismo sentido se expresan desde Unidas Podemos. “Habría que empezar por el origen del problema, buscando simplificar y reducir el tipo de materiales que se utilizan en los envases, para ir a un ciclo cerrado (economía circular) y, de esa manera, usar materiales uniformes pueden seguir líneas de recuperación propias”, explican fuentes del partido a MERCA2.

Para la representante de Greenpeace, los problemas del reciclaje parten de los propios objetos, porque sólo se reciclan envases, nada de vasos, cubiertos o pajitas de plástico. Y de los envases “apenas se llega al 30% del total reciclados”, según datos de Europa. “Y no se trata de que el consumidor recicle más o menos, hay muchas cosas que no son reciclables, como recipientes de monodosis o yogures“, porque en el proceso de cribado se pierden los objetos más pequeños, comenta García.

La mezcla de materiales es otro problema, por ejemplo “un brick está compuesto de aluminio, plástico y cartón, que no se pueden separar de forma mecánica”, y en este caso, “el plástico, no se llega a reciclar”, explica la ecologista. “Para reciclar hay que pasar una auténtica gymkana, por eso es un parche, porque hay mucha resistencia”, concluye.

En el mismo sentido, el presidente de Recircula explica que el vidrio de los envases es monomaterial y el papel cartón también, “pero el contenedor amarillo de mezclas de plástico lo mismo contiene restos de lejía y amoniaco, que de refrescos y zumo” y recuerda que “gran parte de ese material reciclado, se usa como fibra textil y para objetos” un infrarreciclaje a partir de material de baja calidad que, en ningún caso, cumple una circularidad de los envases.

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Según datos aportados por Cicloplast, la organización que integra a todas las empresas del sector de los plásticos, tanto a las empresas que fabrican las materias primas como a las empresas que transforman esas materias primas en productos, los sectores mayoritarios que utilizan plástico reciclado han sido el sector de fabricación de tuberías (31%), el de piezas industriales (25%), láminas y otras bolsas (15%), otros como son la fabricación de perchas, calzado, mobiliario urbano (14%), bolsas de basura (10%), botellas y bidones (3%) y menaje (2%).

Por eso, para Greenpeace la solución requiere un cambio de sistema que apueste por la reutilización, “no podemos depender de los desechables”, el sistema de rellenado y devolución “fomenta además la economía local”, hablamos de recipientes “igual de seguros que los desechables –de metal y de plástico duro reutilizable– con el reciclaje como última opción”, afirma García, firme defensora de “usar 100 veces y no tirar 100 veces”.

Por otro lado, el sistema de envases retornables también facilita la recogida separada de los materiales, porque el sistema actual evidencia que es muy difícil que los envases se vuelvan a convertir en envases para bebidas. “Este cambio no puede ser individual” explica García, “y tampoco podemos dejarlo en manos de las empresas que limpian las playas” porque “la basura no va a dejar de venir mientras no cerremos el grifo de la basura, y se ha demostrado que limpiar no es suficiente y reciclar tampoco”, así que el futuro pasa por el concepto de rellenable y reutilizable, afirma la ecologista.

España, cada día se pierden 30 millones de latas, botellas y briks que acaban o enterrados en un vertedero, quemados en una incineradora o abandonados por nuestras calles

Entretanto, mientras el sistema de depósito y retorno de envases apuesta por compensar al consumidor con el importe del envase o descuentos equivalentes, Ecoembes respalda la webapp de Reciclos, que convierte el hábito de reciclar en puntos canjeables por incentivos locales sostenibles, “mediante descuentos en transporte público, movilidad de bajas emisiones, donaciones a ONGs o a proyectos de desarrollo de tu comunidad”, asegura la información publicada en la web. “No hay ningún incentivo para el consumidor” asegura Martínez de la Casa, “más allá del sorteo de un patinete eléctrico o de donar árboles”, en definitiva, “pocos se descargan la app y los que lo hacen, desisten de utilizarla”.

GESTIONAR NUESTRA PROPIA BASURA

El plástico se amontona en plantas con enormes dificultades para cribarlo y reconvertirlo o se acumula abandonado en plena naturaleza. “Y otras muchas toneladas de basura se envían a otros países, como Malasia, donde no se asegura que se recicle y acabe en vertederos e  incineradoras, y todo porque no somos capaces de gestionar ni siquiera la basura que generamos”, denuncia la activista de Greenpeace.

“Falta voluntad política”, sentencia el presidente de Recircula, y añade “el Anteproyecto de Ley de Residuos es decepcionante” y la última regulación de los envases data de 1997. Martínez de la Casa recuerda que se han presentado más de 4.500 alegaciones al texto en tramitación. 

El problema es grave, es evidente. Entretanto, los retos de los envases de usar y tirar siguen campando a sus anchas por el planeta. «Comemos plástico, bebemos plástico y ahora también respiramos plástico». La afirmación la hace el director de Retorna, para engrosar un estudio publicado en Science.

La investigación demuestra cómo los microplásticos que inundan mares y océanos se están desplazando a través de las nubes hasta el punto que las mediciones hechas en varios parques nacionales estadounidenses demuestran que cada año ‘llueven’ más de 1.000 toneladas de esos microplásticos. O lo que es lo mismo, entre 12 y 30 millones de botellas de plástico fragmentadas cayendo del cielo durante un año.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.