Sensores de movimiento: ¿qué son y cómo funcionan?

Un sensor de movimiento es un dispositivo que se ha vuelto muy popular en los últimos años. Está presente en múltiples aparatos, como puede ser en cámaras de videovigilancia, en sistemas de ahorro de energía en iluminación, incluso hasta en teléfonos móviles o en consolas.

Podemos definirlos como dispositivos electrónicos que están diseñados con diferentes unidades emisoras y receptoras de señales. Estas señales tienen la capacidad de detectar movimientos físicos en una determinada zona.

Debido a su practicidad, cada vez son más los aparatos de domótica en los que se utilizan. Lo más común es que se empleen en la seguridad, en alarmas, siendo capaces de activarse en el caso de que detecten algún movimiento y no se haya introducido el código que la desactive.

¿Qué tipos de sensores de movimiento existen?

Estos aparatos se valen de un sistema de infrarrojos que emplean para detectar si hay alguien en el lugar. Emiten un determinado haz de infrarrojos que, en el momento en el que se cruce, se llevará a cabo una determinada acción. También podrían activarse en otras circunstancias: por ejemplo, en el caso de que exista un cambio de temperatura (algo que resulta muy práctico para los aparatos de climatización).

Podemos encontrar aquellos que activan la luz del lugar: nos ayudan a ahorrar energía, ya que tan solo se activarán cuando pasemos por la zona, sin que tengamos que pulsar ningún interruptor. Además, solo permanecerán activados un determinado tiempo, hasta que vuelvan a apagarse.

¿Cómo se regulan los sensores de movimiento?

Se pueden regular a través de diferentes maneras:

  • Regulación de alcance: lo más habitual es que estos aparatos permitan regular su alcance, de tal manera que el haz de infrarrojos no se cruce con un lugar que no interese. Por ejemplo, es posible que tan solo queramos que el alcance cubra un espacio en la puerta de entrada de la casa.
  • Temporizador: también suelen incorporar un temporizador que podrá ser controlado por parte del usuario. Este regula el tiempo que puede estar funcionando el sistema al que nos conectamos antes de apagarse. Como ya te puedes imaginar, esto resulta muy práctico para la iluminación, permitiéndote elegir el tiempo que durará la luz activa, hasta que se desactive.
  • Modulación de luz: en ciertos casos, también nos permiten regular la modulación de luz, pudiendo determinar en qué intervalos se encienden o si no lo hacen por la noche o por el día, por ejemplo.

¿Qué ventajas tienen los sensores de movimiento?

1. Tranquilidad

Tienen una gran capacidad para detectar presencias físicas en todo momento, lo que nos permitirá vigilar determinadas zonas y actuar en caso de que entre algún intruso.

2. Ahorro

Nos permiten ahorrar, encendiendo la luz tan solo el tiempo suficiente.

3. Son económicos

Invertir en estos aparatos no es nada caro; además, la inversión no tardará en verse amortizada.

4. Comodidad

Podremos vivir más cómodos; por ejemplo, no tendremos ni que tocar los interruptores para que se encienda la luz.

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