El caos en Turquía amenaza con hacer un agujero a BBVA de más de 1.500 M€

BBVA sigue acumulando problemas. En el primer trimestre, el golpe se concentró en Estados Unidos pese a que meses antes ya había sufrido otro en la misma región. La entidad que dirige Carlos Torres informó de un agujero de 2.084 millones. En el segundo trimestre, fue México su mayor dolor de cabeza. De hecho, el banco aprovisionó más dinero (unos 670 millones) para posibles insolvencias en el país azteca que la suma de España, EEUU y Turquía. Ahora, los problemas para la firma bilbaína viajan hasta el país otomano, a través de su exposición a Garanti, donde el colapso económico y político amenazan con hacerle un roto superior a los 1.500 millones.

Las cuentas semestrales de BBVA en Turquía se mostraron inusualmente resistentes pese al colapso económico mundial. Una de las razones fue que el país otomano había lidiado mejor con la crisis sanitaria, al igual que otras regiones con sistemas políticos más rígidos. Otra, fue la fuerte defensa del banco central turco de su moneda. De hecho, en los peores meses de la pandemia había inyectado hasta 65.000 millones de dólares y se había fijado el precio de la lira respecto del dólar, ambos hicieron de colchón monetario. Pero, los esteroides solo duraron hasta el 6 de agosto.

En ese momento, las autoridades del país se rindieron ante las presiones económicas. Una decisión (obligada por la falta de recursos) que llevo a que lira rompiese sus ataduras frente al dólar y se la dejaba a merced de la corriente. Ese mismo día, cayó hasta un 3% respecto al dólar y al euro. En los días posteriores, el castigo ha sido todavía mayor, lo que ha llevado a que la depreciación acumulada en lo que va de año supere el 30% frente a la moneda común. En concreto, hace un año una lira se intercambiaba por 6,66 liras, mientras que a día de hoy asciende a 7,52 liras.

EL AGUJERO PARA BBVA PODRÍA SUPERAR LOS 1.500 MILLONES

La situación actual de Turquía, incluida la depreciación de la moneda, no es algo nuevo para BBVA. De hecho, la entidad ya enfrentó un escenario igualmente desfavorable hace dos veranos, coincidiendo con unas elecciones generales. En los peores momentos de la crisis cambiaria, que es el anticipo de una bancaria, la lira llegó a depreciarse por encima de los niveles actuales, aunque al final remontó. El saldo final para la moneda fue una caída en torno al 25%, la de la filial turca alcanzó en 22,7%, mientras que para la entidad vasca fue de un quebranto patrimonial de 1.517 millones de euros, un 22% también.

De hecho, las cuentas individuales del BBVA explican el quebranto sufrido en el país otomano: «En 2018, la evolución negativa de la economía en Turquía ha provocado una depreciación de la lira y una caída en las cotizaciones de las compañías en los mercados de valores (…) En el cierre de año, BBVA ha estimado que existe un deterioro en la participación en Garanti. Dicha estimación ha supuesto un impacto negativo neto en el beneficio individual del banco de 1.517 millones. El patrimonio neto se ve reducido en el mismo importe».

En aquel momento, la entidad reconocía por primera vez una pérdida en su inversión en el país, al pasar a valorar su participación en Garanti de los 7.026 millones iniciales a 5.509 millones. No sería la única, puesto que en 2019 reflejó otra caída en el valor de su filial turca por otros 543 millones de euros, hasta los 4.966 millones actualmente contabilizados. Aunque, la realidad es otra, ya que a día de hoy la participación del 49% que tiene BBVA vale algo más de 2.300 millones de euros.

LA SITUACIÓN TURCA TIENE POCOS VISOS DE MEJORAR SU SITUACIÓN

En otras palabras, que en la actualidad el quebranto que tendrá que apuntarse el banco a finales de año se acerca a los 1.500 millones de euros. Incluso, el agujero podría ser mayor de aquí a finales de año. La razón es que la situación en el país otomano está más cerca de complicarse en los próximos meses que de solucionarse. Así, la llamada junta política monetaria de Turquía se debe reunir el próximo 20 de agosto con una disyuntiva realmente complicada y que puede marcar futuros movimientos del banco español.

En un principio, la teoría monetaria exigiría una subida de tipos para salvaguardar la estabilidad de la moneda. Especialmente, por dos motivos: por un lado, los activos en moneda extranjera, que han caído a 90.000 millones, se están agotando a marchas forzadas. Sin respaldo, la moneda podría hundirse muchos más. Por otro lado, de poco sirve mantener los tipos artificialmente bajos, ahora mismo están al 8,25%, mientras que la inflación está desbocada de nuevo, superando el 12%.

Por ello, de poco sirven las trampas al solitario. Al fin y al cabo, las actuales han provocado que Turquía tenga unas de las tasas reales más bajas entre los emergentes. Una situación que deprecia a la moneda, espanta a los inversores extranjeros y lleva a los propios turcos a correr a refugiarse en el dólar. Pero, el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, ha prometido bajarlas para reactivar más la economía turca, lo que puede agravar el desastre. Al final, una bajada tímida o incluso una bajada de tipos el próximo 20 de agosto de 2020 obligará a otra más contundente próximamente. Para entonces, BBVA sentirá de lleno el impacto en su patrimonio.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2