El gigante mundial del comercio de materias primas Glencore registró pérdidas de 2.600 millones de dólares (2.195 millones de euros) en el primer semestre de 2020, frente al beneficio neto atribuido de 226 millones de dólares (191 millones de euros) contabilizado en la primera mitad del año anterior, como consecuencia del impacto de las amortizaciones por el deterioro del valor de los activos de la compañía, que ha suprimido la distribución de dividendos para centrarse en la reducción de deuda.
La cifra de negocio de Glencore entre enero y junio alcanzó los 70.961 millones de dólares (59.902 millones de euros), un 34% por debajo de los ingresos registrados en el primer semestre de 2019, tras asumir un impacto adverso de 5.032 millones de dólares (4.248 millones de euros) por amortizaciones, casi seis veces más que un año antes, cuando la cifra fue de 888 millones de dólares (750 millones de euros).
«La perspectiva sigue siendo incierta en el corto plazo», señaló Ivan Glasenberg, consejero delegado de Glencore, quien anunció que, a pesar de la generación de efectivo de la compañía y la seguridad de sus posiciones de liquidez, el consejo de administración concluyó que «sería inapropiado realizar una distribución a los accionistas en 2020», dando en su lugar prioridad a la aceleración de la reducción de deuda.
Al cierre del primer semestre, la deuda neta de Glencore ascendía a 19.695 millones de dólares (16.625 millones de euros), un 12,2% más que al final de 2019.
A largo plazo, nuestra cartera diversificada de materias primas nos posiciona bien para desempeñar un papel clave en el próximo ciclo económico alcista, beneficiándose en particular de los productos necesarios para la transición a una economía baja en carbono», añadió Glasenberg.