Pullmantur manda sus barcos al desguace: ¿quién caerá detrás?

Tras el anuncio de quiebra por parte de Pullmantur, sus barcos iniciaron la travesía rumbo a su último puerto. El capítulo final de los icónicos Monarch, Horizon y Sovereign se contará en el desguace. Los busques de pasajeros propiedad de Royal Caribbean Group (RCL) que operaba Pullmantur -en cesión time-charter (alquiler)- están varados en el astillero de Aliaga (Turquía).

Pero no será la única de las grandes líneas de cruceros que se deshaga de parte o de la totalidad de su flota. Sin ir más lejos, Carnival Cruise Line anunció la venta de dos de sus naves “como parte del plan de la compañía para reducir su capacidad general y enfocarse en barcos con características mejoradas”, según publica Portal Portuario. Los cruceros vendidos fueron Carnival Fantasy y Carnival Inspiration aunque no se ha relevado su comprador. Por otra parte, el Carnival Fascination y el Carnival Imagination pasarán a un estado de reposo a largo plazo, sin una línea de tiempo específica identificada para un regreso a la operación.

La noticia del destino final de los buques insignia de Pullmantur también ha coincidido con las informaciones sobre la eliminación de los barcos de sus flotas de otras líneas de cruceros importantes a consecuencia de la crisis por el coronavirus. Holland America comunicó que eliminaría cuatro de sus 14 barcos. La lista de las compañías que revisan sus flotas empieza a engrosar nombres. Además de Carnival Cruise Line, también Costa Cruises y P&O Cruises están en proceso de deshacerse de los barcos.

PULLMANTUR SE DESPIDE DE LOS CRUCEROS

El destino final de sus emblemáticos barcos resulta sintomático de que “Pullmantur se ha ido para no volver”, explican fuentes conocedoras del sector. De hecho, “resulta llamativo que nadie haya querido pujar y hayan terminado en el desguace”, subrayan estos expertos, al tiempo que deducen que “los que no pujan consideran que el sector va a tardar en levantar y que, cuando vuelva, será más pequeño y con menos cruceros”.

Los barcos de Pullmantur serán vaciados para la reutilización de parte de su material. Con una capacidad total para 2.752 pasajeros, el Monarch era el barco más grande de los tres que navegaban con la compañía. Contaba con todo tipo de instalaciones, repartidas a lo largo de 12 cubiertas. El Sovereign, por su parte, fue remodelado en 2014 y tenía capacidad para 2.733 viajeros.

EL DRAMA DEL EMPLEO

Más allá del impacto en la oferta turística internacional, reducida al mínimo, el turismo de cruceros “vivirá un auténtico drama por los empleos que se perderán a bordo y en tierra”, explican a MERCA2 fuentes conocedoras de la situación.

“Un crucero navegando paga 2.000 nóminas, fondeado, sólo tres”, calculan los expertos consultados. En el mismo sentido y en comparación con el transporte aéreo, “un avión en vuelo paga 15 nóminas, y 100 aviones en tierra pagan nueve”. Un crucero es un hotel flotante, no un mero medio de transporte de pasajeros.

Pero los cruceristas afectados son sólo una pequeña parte de las miles de personas que este parón dejará en tierra. Hablamos del gigantesco despliegue profesional que sostiene un crucero y todos los servicios que se ofrecen en alta mar.

“En un crucero, todo el personal de a bordo, es decir, asistentes de camarote, camareros de restaurante, barmans, camareros de bar, asistentes de tienda, personal de spa y fitness, fotógrafos, personal de asistencia al pasajero, equipo de animación, equipo de limpieza y equipo de mantenimiento, trabajan con contrato temporal”, otra cosa es la tripulación, “los que gobiernan la nave”, comentan los expertos. Conviene entonces distinguir entre el barco y el hotel: “se cierra el hotel”, concluyen.

Pero la sangría de puestos de trabajo no termina en el personal de a bordo. Estos gigantes del mar dejarían sin empleo en tierra al personal de booking, administración, agencias de viajes, hoteles, excursiones, provisionistas y publicidad.

TURISMO DE CRUCEROS A LA DERIVA

A finales de junio, Pullmantur, propiedad en un 51% de Cruises Investment Holding y en un 49% de Royal Caribbean Group (RCL), solicitaba concurso de acreedores empujada por “los vientos causados por la pandemia” del coronavirus, “demasiado fuertes para que Pullmantur los supere sin una reorganización”. Pero previsiblemente no será la única. Se espera que otras sigan sus pasos.

Pullmantur Holding estaba conformada por Pullmantur S.A. (agencia encargada de programar y organizar los servicios turísticos) y Pullmantur Cruises (que alquilaba y operaba los cruceros). La compañía había registrado en 2019 sus mejores resultados en los últimos 15 años, con un incremento del 5% en los ingresos con respecto al año precedente y existían planes para ampliar su flota con siete barcos más, antes de la irrupción del covid-19 que se llevó por delante todos sus planes.

“En los cruceros, las compañías propietarias de su flota, aguantarán, suprimiendo plantillas y, por tanto, todo el gasto en personal y amarrando a la expectativa de que la situación se reconduzca, mientras que, las que tengan que hacer frente a las deudas por la financiación de sus barcos irán inexorablemente a la quiebra”, explican expertos del sector.

Los dos grupos que se reparten el mercado son Royal Caribbean y Grupo Carnival. El primero está formado por la propia Royal Caribbean, Celebrity Cruises, Azamara Cruises, TUI Cruises, Pullmantur Cruises, CDF, Gran Bahama Shipyard, SkySea y Wamos Air.

El Grupo Carnival está integrado por la propia Carnival, Aida Cruises, Costa Cruises, Cunard Line, Holland America Line, Ibero Cruceros, Ocean Village, P&O Cruises, Princess Cruises, Seabourn Cruise Line.

Royal Caribbean representa la apuesta de todos los pequeños para hacer frente al Grupo Carnival.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.