jueves, 12 diciembre 2024

EDP acelera el cierre de sus centrales de carbón en la Península Ibérica

EDP ha decidido acelerar el cierre de sus centrales de carbón en la Península Ibérica y solicitará en las próximas fechas el cierre de su planta de Soto 3, mientras que la de Aboño 1 continuará con su proceso de transformación para la quema de gases siderúrgicos para 2022 y Aboño 2 se mantendrá como apoyo a cualquier indisponibilidad, informó la compañía.

En lo que se refiere al grupo 3 de Soto de Ribera, con una potencia de 346 megavatios (MW), no produce energía desde hace más de un año, y el grupo está validando en su ubicación proyectos con el objetivo de desarrollar un proyecto innovador de almacenamiento de energía.

Para la central de Aboño, EDP, como anunció en diciembre del año pasado, ya ha pedido la licencia para la transformación de su grupo 1 (342 MW de potencia) en una central que utilice sólo gases siderúrgicos a partir de 2022.

La compañía destacó que Aboño 2 se mantendrá como apoyo a cualquier indisponibilidad contribuyendo así a una economía más circular. Este es el primer proyecto de transición justa que se desarrolla en una central de carbón en España.

Asimismo, el grupo energético luso afirmó que estos cambios en sus centrales térmicas de Aboño y Soto «no supondrán pérdida de empleo» y añadió que estas potenciales inversiones podrán aún ser incluidas en el fondo para la Transición Justa con el objetivo de ayudar a las regiones a reconvertir su economía, cuidado del medioambiente y promover la actividad económica.

En lo que se refiere a la central de Sines (Portugal), EDP ya ha entregado a la Dirección General de Energía y Geología su declaración de renuncia a la licencia de producción para que pueda concluir su actividad en enero de 2021.

El grupo luso señaló que esta decisión -encuadrada en su estrategia de descarbonización– se adopta en un contexto en el que la producción de energía depende cada vez más de fuentes renovables.

REDUCCIÓN DE LA VIABILIDAD ANTE LAS CONDICIONES DE MERCADO

Además, subrayó que con el incremento «constante» de los costes de producción con carbón y la mayor competitividad del precio del gas natural y las centrales de ciclo combinado, las perspectivas de viabilidad de las centrales de carbón «han disminuido de forma drástica».

En lo que respecta a la central de Sines, con 1180 megavatios (MW) de potencia, está parada desde el 25 de enero, tras un año en el que la generación de energía eléctrica con carbón cayó a mínimos históricos.

En la misma localización de Sines, EDP está validando el desarrollo de un proyecto de producción de hidrógeno verde, en consorcio con otras empresas. El proyecto se incluye en el plan de interés común europeo y con potencial de exportación por vía marítima. Esta alternativa en estudio para la producción de una fuente de energía limpia puede representar un nuevo ciclo para la región EDP continúa validando y promoviendo proyectos alineados con la transición energética en todas las regiones donde tuvo centrales de producción con carbón.

El consejero delegado de EDP, Miguel Stilwell, indicó que con la aceleración de este proceso de descarbonización, sobre todo en el último año, se asiste «a una inevitable reducción de las perspectivas de rentabilidad de las centrales de carbón y la pérdida de competitividad de ese mercado».

«Frente a este escenario, EDP se refuerza con las elevadas inversiones en energía eólica y solar definidas en el plan estratégico. Estamos en el camino acertado para cumplir nuestros objetivos de sostenibilidad para 2030: tener el 90% de la producción con origen renovable y reducir en un 90% las emisiones específicas con respecto a 2005. La decisión de anticipar el cierre de las centrales de carbón se deriva de los bajos precios del gas y los elevados precios del CO2, así como de la estrategia enfocada en renovables y, alineada con las metas europeas de neutralidad de carbono, además de la voluntad política de anticipar esos plazos», añadió al respecto. FIN DEL CARBÓN.

A finales del pasado mes de junio, un total de siete centrales térmicas de carbón dejaron de estar operativas al no haber abordado las inversiones necesarias para funcionar con las restricciones medioambientales impuestas por Bruselas.

Así, Compostilla (León) y Andorra (Teruel), de Endesa; la de Velilla (Palencia) de Iberdrola; Narcea (Asturias), La Robla (Léon) y Meirama (A Coruña) de Naturgy; y Puente Nuevo (Córdoba) de Viesgo confirmaron su fin.

También tienen solicitados los permisos ante el Gobierno para cerrar las centrales de Lada (en Asturias y propiedad de Iberdrola), As Pontes (en A Coruña y propiedad de Endesa), Los Barrios (en Cádiz y propiedad de Viesgo) y Litoral (en Almería y propiedad de Endesa).


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