Adidas, Nike, Puma… a las firmas tradicionales de material deportivo les ha salido un fuerte competidor. Para colmo, no se trata de lo que podríamos definir como competencia en el sentido tradicional de la palabra. Porque se trata de una marca relacionada con la cadena de supermercados Lidl.
Sus zapatillas están de moda. Sus colores llamativos (rojo, amarillo y azul), también. De ahí que los precios se estén disparando en los canales online. Se venden en Holanda, Finlandia, Bélgica y Alemania. El próximo destino será Irlanda. ¿Y España? “De cara a septiembre, os compartiremos novedades al respecto”, apuntan a MERCA2 desde la enseña alemana.
Las zapatillas, a la venta en otros países, han desatado un boom inflándose su precio en los canales online
Blanco y en botella, que diría un castizo. Si hay novedades, es que el producto acabará aterrizando en las más de 600 tiendas que la compañía tiene repartidas por todo el territorio nacional. Entonces habrá que ver la respuesta de los consumidores de Lidl. Si será tan efusiva como las de sus homónimos de otros países, o si, por el contrario, acabará pasando inadvertida en los clientes.
LA GAMA DE LIDL
De entre todos los productos que Lidl ha sacado con sus colores corporativos, quien ha acabado llevándose el gato al agua han sido las zapatillas. Su precio oscila entre los 13 y los 20 euros. Otra cosa es lo que los fanáticos acaban desembolsando. La fidelidad es tal, que los 500 euros se han puesto sobre la mesa. Los que tienen menos escrúpulos, han puesto esa cantidad por encima de los 1.000 euros.
Sabiendo tamaño tirón, no sería de extrañar que más de uno en España acabara adquiriendo las famosas zapatillas para intentar después hacer su agosto vía portales tipo Ebay o Wallapop. Una opción no desechable. Además, a ello podría influir el hecho de que Lidl suele poner en las tiendas un número limitado de sus productos por un determinado periodo de tiempo. Dicho de otra manera, no va a saturar el mercado.
Su famoso robot de cocina, aquel que hace la competencia a Thermomix, es un claro ejemplo. Primero se vendió online (agotándose en pocos minutos), y luego se puso un número determinado en tiendas.
Quien quiera ir equipado de pies a cabezas con el material textil de Lidl, también tendrá la opción de adquirir calcetines, camisetas y sandalias. La fiebre por estos últimos, no es la misma que por las zapatillas. La pregunta que queda en el aire es cuántos pares de zapatillas acabarán aterrizando en el país de la piel de toro. Y si los fans, frikis, o como quieran llamárseles, acabarán haciendo cola como ha sucedido en otros países más fríos de la Unión Europea.
