El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desmentido este lunes la ruptura del acuerdo comercial con China y ha asegurado que está «completamente intacto», después de que el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, haya afirmado que «se acabó».
«El acuerdo comercial con China está completamente intacto», ha indicado Trump a través de su cuenta de Twitter, donde ha precisado que «espera» que Pekín «continúe cumpliendo con los términos del acuerdo».
En una entrevista con Fox News, Navarro ha zanjado que el acuerdo «se acabó» debido al papel que China ha desempeñado durante la propagación de la pandemia del coronavirus, que condujo al colapso de los canales políticos y económicos con Estados Unidos, según el asesor.
Posteriormente, Navarro ha especificado que esos comentarios eran «falsos» y que sus palabras se han entendido «fuera de contexto». En un comunicado al que ha tenido acceso la cadena de televisión CNN, Navarro asegura que sus palabras «no han tenido nada que ver con la fase 1 del acuerdo comercial, que continúa vigente».
«Simplemente estaba hablando de la falta de confianza que ahora tenemos en el Partido Comunista Chino después de que mintieran sobre los orígenes del virus e impusieran una pandemia en el mundo», ha agregado.
Estados Unidos ha endurecido su discurso en relación a China desde que comenzó la pandemia del coronavirus y tanto el presidente, Donald Trump, como el secretario de Estado, Mike Pompeo, han lanzado repetidos ataques, acusando al país asiático de poca transparencia en la comunicación de la amenaza de la COVID-19.
No obstante, tras una reunión mantenida entre Pompeo y el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) Yang Jiechi, el diplomático norteamericano avanzó que Pekín se comprometió a «completar y honrar» las obligaciones adquiridas en la fase 1 del acuerdo comercial.
La primera fase del acuerdo comercial contempla la reducción de los aranceles adicionales por parte de Estados Unidos a productos chinos por valor de 120.000 millones de dólares (107.839 millones de euros) a cambio del compromiso de China de adquirir bienes y servicios estadounidenses por valor de 200.000 millones de dólares (179.732 millones de euros) en los próximos dos años.
En concreto, Pekín importará 75.000 millones de dólares (67.224 millones de euros) adicionales en bienes manufacturados, 50.000 millones de dólares (44.816 millones de euros) en energía, 50.000 millones de dólares extra en productos agrícolas y entre 40.000 y 50.000 millones de dólares (entre 35.853 y 44.816 millones de euros) en servicios, incluyendo servicios financieros.