El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha insistido de nuevo en que los bancos de la zona euro tienen que acometer reformas para reducir sus costes y su número de sucursales para impulsar su rentabilidad, tal y como ha repetido en numerosas ocasiones desde que asumió su cargo.
En una entrevista con el diario alemán ‘Der Spiegel’, Guindos ha alertado de que la rentabilidad «es el verdadero problema» de la banca, lo que tiene consecuencias en sus bajas valoraciones bursátiles. «Creo que la pandemia ha hecho que esta situación sea todavía peor. Desde el inicio de la crisis, las valoraciones de los bancos europeos han caído un 30%», ha explicado el exministro español.
Ante la pregunta de qué deberían hacer los bancos en este entorno, el vicepresidente de la institución monetaria ha indicado que tendrían que reducir sus costes, su exceso de capacidad (el número de sucursales) y, para algunos de ellos, «consolidarse domésticamente y entre fronteras». «Mucho de esto ya era necesario en el pasado, pero ahora es completamente inevitable», ha apostillado Guindos.
NUEVOS HÁBITOS
Los clientes de banca han cambiado sus hábitos de consumo y de acceso a los servicios habituales desde el inicio del estado de alarma con motivo de la crisis sanitaria. La situación actual ha acelerado la necesidad de utilizar servicios no presenciales y activos digitales, así lo demuestran los datos registrados en su uso y en el número de transacciones realizadas.
Un estudio de N26 confirma la aceleración de la transformación digital de la banca tras la crisis, pues el 70% de los españoles asegura realizar ahora más gestiones a través de la banca digital. Todos los bancos han crecido en usuarios digitales en estos días de confinamiento, aunque la tendencia venía de antes y con ello se ha vuelto a poner en jaque la necesidad de seguir ajustando el número de red de oficinas de las entidades españolas.
Los bancos españoles cerraron el año pasado 2.160 sucursales, fue su mayor recorte en términos porcentuales desde 2013, según datos del Banco de España y para este 2020, se prevén unas 1.000 oficinas bancarias menos, según los datos facilitados por el sector a principio de año.
BANKIA: 295 EN DOS AÑOS
Bankia anunciaba recientemente su intención de cerrar en julio 140 oficinas, la decisión está dentro proceso de ajuste que lleva haciendo la entidad en los últimos años precisamente por esto, por la menor demanda de los servicios físicos y el crecimiento de los canales digitales.
Aunque el anuncio coincide en el tiempo con el coronavirus, Bankia asegura que la pandemia no motiva los cierres y que los empleos no se verán afectados. El banco que presiden José Ignacio Goirigolzarri realiza un análisis permanente de la red de oficinas para evitar ineficiencias, lo que supone que cada año se recorten sucursales.
Una tendencia que también comparte el resto del sector. En el caso de Bankia, el grueso del ajuste se suele concentrar en un momento concreto del año. Así, en el primer trimestre de 2018 cerró un total de 126 oficinas, mientras que a lo largo de todo 2019 solo bajó la persiana a 23 sucursales. En el primer trimestre de 2020 clausuró 6 oficinas y con las que prevé cerrar en dos meses, se habrá desprendido de 295 oficinas en dos años.
En el Banco Sabadell consideran que una de las lecciones aprendidas con la crisis del coronavirus es que el teletrabajo funciona bien y servirá como medida para impulsar la eficiencia en la red, acelerando el plan de cierre de oficinas. La entidad redujo el número de sucursales abiertas al público en cuarentena de manera provisional (echó el cierre a unas 490) y algunas no han vuelto a abrir.
BANCO MALO
Luis de Guindos también ha sido preguntado por la idea de crear un ‘banco malo’, para que los bancos de la eurozona puedan terminar de librarse de los activos ‘tóxicos’ heredados de 2008. Las entidades ya luchaban por vender su ladrillo y sus préstamos, pero se topan con el coronavirus y se empezó a temer un alza de los impagos. Así que el Banco Central Europeo (BCE) tuvo una idea, crear un banco malo para la zona euro que pueda absorber los créditos morosos que acabarán teniendo los bancos tras la pandemia, según Financial Times.
El diario explicaba hace dos meses que no sería inmediato, de estaría listo como poco para dentro de seis meses o un año, cuando aumente el número de créditos problemáticos de los bancos europeos. Pero según este periódico, la idea habría sido rechazada por altos funcionarios en Bruselas, quienes argumentan que existen mejores maneras de abordar el problema.
En la misma línea, Guindos ha asegurado este lunes que no se ha tomado ninguna decisión ni se ha entrado en detalles sobre esa propuesta. «Es prematuro tener este debate ahora», ha zanjado el exministro español.