El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, pide crear un «escudo de liquidez» para el otoño y sostener aquellas actividades que tendrán que aguantar hasta el próximo verano.
Así lo ha señalado durante su intervención en la Cumbre Empresarial ‘Empresas españolas liderando el futuro’ organizada por CEOE, donde ha apuntado que, aunque 600.000 autónomos se han beneficiado de la línea de avales del ICO, «los problemas van a llegar en unos meses».
«Hay que ampliar la dotación y la vigencia más allá del 31 de octubre», ha apostillado, tras pedir también que se cree un marco predecible y estable que genere confianza, «y no incertidumbre» en la economía, el consumo y el empleo, porque lo ve esencial para la reconstrucción de España.
En el ámbito fiscal, cree que «no es el momento de subir impuestos». De hecho, ha resaltado que ningún país del entorno lo está haciendo y que, por ejemplo, Alemania ha bajado el IVA al sector turístico y Portugal ha rebajado el impuesto de Sociedades.
Para Amor, es necesario que se cree un entorno fiscal «atractivo y que no penalice al que crea empleo«, sino que se debe recompensar a aquellos autónomos y emprendedores que han sido capaces de mantener su plantilla durante la crisis.
De hecho, ha recordado que uno de cada cuatro empresarios han mantenido a sus empleados «a pulmón», no se han acogido a expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) ni han reducido plantilla y merecen algún tipo de incentivo fiscal.
El presidente de la Federación de Autónomos ha hecho hincapié en lo necesario que es que desde la responsabilidad se acometan medidas «urgentes y realistas antes de tener que lamentarlo». «El 95% de los autónomos, a día de hoy, ha resistido el envite de la crisis, pero no sabemos que pasará mañana», ha apostillado, tras apuntar que el 60% del colectivo prevé que su actividad se reducirá a la mitad este año.
MEDIDAS INSUFICIENTES
Desde su punto de vista, aunque en general se han adoptado medidas a favor de los autónomos, estas han sido «claramente insuficientes». «Hay 800.000 autónomos que han quedado fuera de cualquier tipo de ayuda, entre ellos 200.000 familias que al depender de negocios de temporada no estaban de alta a 14 de marzo y pese a nuestra insistencia, llevan tres meses sin respuesta. Se les ha dejado en la cuneta», ha apostillado. Sobre los ERTEs, ha afirmado que ser «cicatero» con la flexibilidad de los ERTES o la exoneración de cotizaciones «puede suponer un daño irreparable para autónomos, empresas y trabajadores».
Durante su discurso, Amor ha resaltado que hay riesgo de que se incremente la economía sumergida durante la crisis, lo que hará que el reparto del coste de la crisis sea «desigual y la paguen los honestos. Es por ello por lo que ha pedido que se combata «con todas las fuerzas».
«Debemos aprovechar las oportunidades que nos ha ofrecido esta crisis en cuanto al auge del pago telemático y la trazabilidad que nos da esta digitalización forzada para evitar que aumente y perseguir su desaparición», según Amor.
También ha querido poner de relieve que «ya va siendo hora» de que si una Administración no paga a tiempo «le ocurra lo mismo que a un autónomo cuando no cumple con los plazos de la Administración y tenga un recargo inmediato». «La Administración es extremadamente ágil para recaudar y cobrar y extremadamente lenta para devolver y pagar», ha resaltado.
En el ámbito administrativo, ve imprescindible que la Administración sea «ágil y eficiente» y que evite trámites «innecesarios», evite duplicidades y trabaje «de forma contundente» para la simplificación administrativa».
Respecto a la Seguridad Social, Amor cree que la cuota de los autónomos societarios debe ser un gasto deducible de la sociedad como lo es la cotización de un trabajador y que se deben dar pasos para facilitar que los autónomos puedan adecuar las cotizaciones a los ingresos en tiempo real, «sin obligaciones sino incentivando que lo hagan».
También considera que hay que pensar en reducir cotizaciones para los autónomos con ingresos por debajo del salario mínimo interprofesional (SMI) para evitar bajas y evitar su escape hacia la economía sumergida, al menos de forma coyuntural.
Por último, Amor ha hecho un llamamiento a que se aproveche esta «digitalización forzosa» para dar el salto «tan necesario» hacia la digitalización de la economía y evitando que nadie se quede atrás. También ha señalado que parece que «el confinamiento ha afectado a la clase política y les ha alejado aún más de la realidad social y económica a la que deberían estar dando respuesta».