Es muy frecuente entre los consumidores, el rellenar las botellas de agua para reutilizarlas todo lo posible. Es un gesto muy común que además nos hace sentir bien porque estamos contribuyendo al reciclaje. Pero, ¿de verdad esto es recomendable? Los expertos llevan ya muchos años discutiendo sobre la cuestión de los envases de plástico y recientemente se han realizado descubrimientos sobre los efectos que pueden provocar algunos de sus compuestos.
Uno de ellos, y el que más alarmas ha generado, es el Bisfenol A o BPA. Este químico está presente en cualquier objeto de plástico, no solo en los envases de las bebidas, y es un elemento que podría actuar como disruptor endocrino, que significa que son capaces de interferir en las diferentes funciones hormonales. Sin embargo las pruebas se han realizado sobre ratones y los resultados no se han comprobado por el momento en humanos. Los estudios, por lo tanto, no son concluyentes y actualmente, parte de la comunidad científica cree que el nivel de BPA contenido en los plásticos es tan mínimo que dista mucho de resultar tóxico. A pesar de todo, son muchas las personas que prefieren evitar cualquier tipo de plástico, por ecología y por las dudas con el Bisfenol.
PUEDE ACUMULAR TANTAS BACTERIAS COMO EL VÁTER
Otro motivo por el que no deberíamos reutilizar las botellas de agua es por higiene. Cuando rellenamos la botella una y otra vez, y bebemos directamente de ella, se van acumulando una gran cantidad de gérmenes. Según diversos análisis realizados por Treadmillreviews.net en una botella de plástico reutilizada durante una semana, se encontró que se habían acumulado más de 900.000 unidades de bacterias, una cifra muy superior a lo recomendado para el agua potable. Sería lo equivalente a lamer la taza del váter.
¿Más motivos para descartar el reciclaje de botellas de agua? En temperaturas elevadas, como las que se alcanzan cuando dejamos nuestra botella en el coche o la llevamos a la playa o la piscina, los polímeros del plástico se van desprendiendo y terminan mezclándose con el contenido. Esto sucede también a medida que la botella se deteriora por el uso, cuando la metemos en el bolso, se nos cae al suelo o la dejamos en cualquier sitio.
Para evitar cualquier riesgo podemos recurrir a varias alternativas. Ahora existen en el mercado diferentes envases con plástico PET, un elemento muy resistente a las altas temperaturas y a la corrosión por ácidos, que no libera sustancias que puedan afectar al sistema endocrino, o al menos no se ha comprobado hasta ahora. Las botellas fabricadas con este material tienene en el etiquetado un logo de un triángulo con un 01 en el interior y a veces llevan marcada las siglas PET. Estas botellas sí se pueden reutilizar tantas veces como se desee. Otra opción es utilizar exclusivamente recipientes, envases y botellas de cristal, que podemos encontrar fácilmente en cualquier comercio de menaje, de todos los tamaños y todas las formas.