El 28,6% de los ocupados, algo más de 5,6 millones de trabajadores, pudo decidir el comienzo o el final de su jornada laboral en 2019, aunque fuera con alguna restricción, mientras que el 70,6%, el equivalente a casi 14 millones de ocupados, tuvo que ceñirse a la jornada laboral determinada por su empleador o cliente, según datos extraídos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En concreto, de los 19.779.300 ocupados existentes en 2019, un total de 2.612.400 (el 13,21%) podían decidir el comienzo o el final de su jornada laboral sin restricciones, en tanto que 3.044.700 (el 15,39%) lo podían hacer con ciertas restricciones. El resto de los ocupados estaban obligados a cumplir con la jornada laboral marcada por su empleador.
Uno de cada cuatro no usó ningún método para registrar su presencia o las horas trabajadas pese a la entrada en vigor del registro obligatorio
Por sexos, el 15,3% de los hombres y el 10,7% de las mujeres podían decidir en 2019 el inicio o final de su jornada sin restricciones. En cuanto a los sectores económicos, la agricultura se sitúa a la cabeza en libertad de elección de la jornada, pues el 30,2% de sus trabajadores podía decidir el principio o el final de su jornada sin restricción alguna. Le siguen la construcción, con un 19,2%; los servicios, con un 12,3%, y por último, la industria, donde sólo un 9,9% tenían esa libertad de elección.
Según el INE, entre los 17.167.000 ocupados que no pudieron decidir el comienzo o el final de su jornada o que la decidieron pero con ciertas restricciones, el 22,3% veía muy fácil coger una o dos horas libres en el mismo día en que las necesitara, porcentaje que se eleva al 25,08% en los ocupados de 55 y más años.
Por sectores económicos, el porcentaje de los que tenían muy fácil coger una o dos horas libres oscilaba entre el 21,56% en el sector servicios y el 25,49% en la industria.
Del total de ocupados, el 23,6% consideró muy fácil coger uno o dos días libres con tres días laborables de antelación. El porcentaje de los que veían muy fácil coger uno o dos días libres con tres días laborables de antelación variaba entre el 23,1% de los servicios y el 27,17% de la agricultura.
REGISTRO DE JORNADA
De los más de 19,7 millones de ocupados existentes en 2019, un total de 16.664.900 eran asalariados. De ellos, 4.330.300 (el 26%) no registraban ni su presencia ni las horas trabajadas en su empleo, 4.696.700 (el 28,18%) registraban sólo su presencia y 6.326.100 (el 37,96%) registraban las horas y, por tanto, su presencia.
En marzo de 2019, el Gobierno aprobó un decreto para obligar a las empresas a registrar las jornadas de sus trabajadores y dio un plazo de dos meses, hasta el 12 de mayo de dicho año, para que se adaptaran a la nueva normativa. De esta forma, desde el 12 de mayo de 2019 las empresas están obligadas a registrar la jornada diaria de sus trabajadores. Este año, con la llegada del Covid-19, muchas empresas han dejado en suspenso este registro o no lo han seguido de manera estricta, entre otras razones porque muchos de sus empleados teletrabajan o teletrabajaban.
El objetivo de este registro, según explicó el Gobierno en su día, es medir la duración de las jornadas laborales y, por lo tanto, las horas extraordinarias. El registro obligatorio debe incluir el inicio y finalización de la jornada del trabajador, sin perjuicio de la flexibilidad horaria.
Según el INE, la agricultura es el sector donde un mayor porcentaje de asalariados no registraron ni su presencia ni las horas (36,71%), mientras que la industria registra la mayor cifra, pues la mitad de los asalariados de este sector sí que lo hicieron.
IMPREVISTOS EN LA JORNADA
Los datos de Estadística revelan que el 12,4% del total de ocupados se tuvo que enfrentar al menos una vez a la semana a solicitudes imprevistas de cambio de horario en su empleo; un 9,8% tuvo que hacerlo al menos una vez al mes y un 74,7%, menos de una vez al mes o nunca.
Los directores y gerentes fueron los que más se tuvieron que enfrentar al menos una vez por semana a imprevistos (30,18%), frente a los empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina, que presentan el porcentaje más bajo (5,7%). Por sectores, la industria registró el porcentaje más bajo de los que tuvieron que enfrentarse a solicitudes de cambio de horario al menos una vez por semana (9,07%) y la agricultura, el más alto, con un 14,5%.
Asimismo, el 7,6% de los ocupados (1.512.400) fueron contactados durante su tiempo libre tres veces o más en los últimos dos meses para que trabajaran antes del siguiente día laborable y el 5,09% (1.005.800) fueron también contactados en su tiempo libre tres veces o más, pero en este caso no se esperaba que trabajaran antes del siguiente día laborable.
TRABAJAR BAJO PRESIÓN
Además, los datos muestran que el 9,5% de los ocupados declararon trabajar siempre bajo presión en 2019 y el 14,83% hacerlo a menudo. La ocupación que presentó el mayor porcentaje de personas que declararon trabajar siempre bajo presión fue directores y gerentes (16,9%), en tanto que los porcentajes más bajos se dieron en trabajadores cualificados en el sector agrícola, ganadero, forestal y pesquero (6,9%), ocupaciones militares (7,2%) y ocupaciones elementales (7,3%).
Por sectores, los ocupados en el sector servicios (9,8%) y en la industria (9,6%) declararon en mayor porcentaje estar sometidos siempre a presión en el trabajo. En el otro extremo, el 49,33% de los trabajadores de la agricultura afirmaron no estar nunca sometidos a presión.
Según el INE, el 78,6% de los ocupados (15.556.700) trabajaba en 2019 de manera habitual en los locales de su empresa; el 1,8% (352.500) en su casa; el 9,17% (1.813.200) en los locales de los clientes; el 7,7% (1.519.800) no tenía un lugar fijo, y el 2,3% (452.700) en otro sitio distinto a los anteriores. Por sexo, destaca la diferencia de porcentaje entre los que no tenían lugar fijo de trabajo (12,5% en hombres, frente a 1,94% en mujeres). Por sectores económicos, el porcentaje de los que trabajaba en los locales de su empresa fue del 87,7% en la industria, frente al 32,2% de la construcción.
La mitad de los 19.426.900 ocupados cuyo lugar habitual de trabajo no era su hogar tardaba 30 o menos minutos en ir a trabajar. En concreto, un 5,35% (1.038.900) tardaba 15 minutos o menos en llegar de su casa al trabajo y un 45,38% (8.815.900) entre 16 y 30 minutos. Por su parte, un 30,01% (5.829.400) tardaba entre 31 minutos y una hora en desplazarse de casa al trabajo y un 15,27% (2.965.600) más de una hora.