El Banco Central Europeo (BCE) confía en poder discutir públicamente «a finales de julio» los resultados de la prueba que está llevando a cabo para evaluar la vulnerabilidad de los bancos europeos ante el potencial impacto en sus balances de circunstancias macroeconómicas, así como de la pandemia de Covid-19, según ha indicado el presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Andrea Enria.
«Espero poder discutir públicamente el resultado del ejercicio a finales de julio y, con ello, brindarle a todos los participantes del mercado más claridad sobre el camino que nos llevará fuera de este entorno de medidas extraordinarias y de regreso a una muy esperada normalidad».
El ejercicio, realizado sin sobrecargar a las instituciones con solicitudes de datos adicionales, tiene como objetivo evaluar cómo afrontarían los bancos un entorno bajo las nuevas proyecciones macroeconómicas del BCE, anunciadas el pasado 4 de junio y que incorporan distintos escenarios para el horizonte 2020-2022 en función de la evolución de la pandemia.
Urge a la banca a aprovechar la flexibilidad para recurrir a los colchones de capital para estimular el crédito a la economía
«Comprobaremos si las reservas de capital disponibles en la actualidad serían suficientes para cubrir las pérdidas derivadas de los desarrollos adversos de una segunda ronda de contagios y medidas de cierre», ha explicado el banquero italiano, quien ha puesto de manifiesto la gran incertidumbre y heterogeneidad observada en las decisiones de gestión de riesgos adoptadas por los bancos.
En este aspecto, Enria ha señalado que, mientras que algunas entidades utilizan escenarios macro demasiado optimistas en sus proyecciones de capital para fin de año, otras ni siquiera están en condiciones de producir escenarios.
«El coste del riesgo medido por los bancos ha aumentado muy poco entre el primer trimestre de 2019 y el primer trimestre de 2020, quizás demasiado poco para una gran proporción de instituciones (menos de 2 puntos básicos para el 40% de los bancos supervisados), mientras que ha aumentado sustancialmente para un conjunto más pequeño de bancos europeos (más de 20 puntos básicos para el 9% de los bancos)», ha apuntado.
De este modo, Enria ha indicado que, a pesar de que proyectar una recuperación en V era una asunción legítima en su momento en ausencia de datos fiables, el BCE está apreciando una profundidad «demasiado optimista» en ocasiones en la profundidad de la forma de esa recesión en V y considera necesario analizar de manera adicional la concentración de exposiciones de las entidades hacia los sectores económicos más afectados por la Covid-19, como el comercio mayorista, hoteles y restaurantes, manufacturas…
La economía de la zona euro podría llegar a sufrir un desplome de hasta el 12,6% en 2020, con apenas una recuperación del 3,3% del crecimiento en 2021 y del 3,8% en 2022, según el peor de los escenarios planteados por el BCE, que incluye el impacto de una hipotética segunda oleada de contagios de Covid-19 que obligase a reinstaurar algunas medidas de confinamiento en la región.
Por contra, en el caso de que la gradual reapertura económica venga acompañada de una exitosa contención del virus que evite un repunte futuro de las infecciones, el mejor de los escenarios planteados por el BCE, la caída del PIB estimada para este año se limitaría al 5,9%, con un rebote del 5,8% en 2021, que continuaría en 2022, con un crecimiento del 2,2%.
No obstante, en su escenario central, con una gradual recuperación de la actividad a partir del tercer trimestre a medida que se levantan las restricciones, a pesar de cierta reaparición de las infecciones en los próximos trimestres, el BCE prevé que el PIB de la zona euro caerá en 2020 un 8,7%, cuando el pasado mes de marzo anticipaba un crecimiento del 0,8%, mientras que en 2021 rebotará un 5,2% y un 3,3% un año después.
COLCHONES DE CAPITAL
Por otro lado, Enria ha señalado que las proyecciones de capital para final de año publicadas por las entidades financieras sugieren que «solo un puñado de ellas» planea recurrir a los colchones de capital al mismo tiempo que los bancos han incrementado sus colchones de liquidez gracias a las medidas extraordinarias del banco central.
«Nuestro diálogo con los bancos indica una renuencia a usar los amortiguadores, o más precisamente para ser visto como el primero en usarlos, también por temor a rebajas en las calificaciones externas», ha señalado el presidente del Consejo de Supervisión del BCE.
«Sigo desconcertado por esta reticencia a usar los amortiguadores. Si no ahora, ¿cuándo? Estamos atravesando un shock económico sin precedentes de naturaleza sistémica, que esperamos sea temporal, pero potencialmente perjudicial para los balances de los bancos y la economía en general», ha reconocido Enria, para quien los bancos que usaran los amortiguadores ahora «estarían actuando de manera responsable y en línea con las expectativas establecidas en el marco regulatorio».
En este sentido, el banquero central ha querido asegurar, ante el temor de las entidades a que el BCE pueda poner fin bruscamente a la flexibilidad concedida durante la crisis y exigir una rápida reposición de los colchones de capital, que la institución se esforzará en establecer un camino bien diseñado y creíble hacia la normalidad, teniendo en cuenta la evidencia de la gravedad de la conmoción, las circunstancias específicas de los bancos y la necesidad de preservar la función crediticia del sector hacia la economía real durante la recuperación.