El coronavirus no entiende de belleza

Además de la crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus, otra de las crisis más importante que vamos a tener que enfrentarnos durante los próximos meses y que se estima que tardaremos unos cuantos años en superar será la económica. Muchos profesionales del sector auguran que serán momentos difíciles para pequeños comercios y negocios que viven fundamentalmente del contacto con el público.

En el mundo de la belleza, “a pesar de las medidas de seguridad y la paulatina recuperación de los casos, mucha gente tiene miedo de contagiarse y son reacias a acudir a espacios donde frecuenta una gran cantidad de gente a diario. La gran mayoría es precavida y optan, en cambio, por pedir cita con menos frecuencia o apañárselas en casa”, apunta Cristina García, editora jefa en Beautyme.es.

Conforme han ido pasando los días de confinamiento, se ha observado un cambio de tendencia de consumo hacia productos más “caseros” que permitan cuidar la piel o depilarse sin tener que salir. Los limpiadores de poros, el jabón exfoliante y el serum facial son a día de hoy los tres más vendidos, señala Cristina.

Cómo afrontan el problema las peluquerías

Recuperar la confianza de la gente es el principal obstáculo con el que se va a encontrar el peluquero. Esta confianza, se estima que no se va a recuperar de la noche a la mañana y no precisamente por culpa del empresario, si no por la temerosa situación que rodea todo.

Este problema se traduce en una incertidumbre económica de la que el gobierno se ha hecho eco, ya que el sector de la peluquería es uno de los que se pueden acoger a la moratoria de cuotas hasta el próximo mes de julio.

A pesar de que estas medidas pueden suponer un soplo de aire fresco para más de uno, para muchos empresarios peluqueros se antojan insuficientes, ya que la pérdida de clientes puede llegar a afectar a corto plazo al negocio y se prevé que muchos tengan que cerrar.

La rebaja de impuestos, puede ser la clave

Para poder paliar todos estos problemas, una de las soluciones que se encuentra sobre la mesa es la de poder bajar los impuestos a este sector. Poder rebajar el IVA u optar por unos impuestos más llevaderos, aunque sea de manera temporal, puede ser la clave que permita a muchos peluqueros y centros recuperar poco a poco el ritmo de clientes de los que disponían antes de la crisis del coronavirus.

Con el cierre de las peluquerías durante los episodios más fuertes de la pandemia, muchos hemos podido valorar la importancia que tiene poder ir a un peluquero. Los remedios caseros no consiguen el mismo resultado que los profesionales y, por lo tanto, no sería ningún disparate el poder catalogar estas peluquerías como un negocio de primera necesidad, especialmente teniendo en cuenta su asistencia a personas dependientes y que necesitan de la ayuda de terceras personas para sus quehaceres diarios.

De no tomarse ninguna medida, solo en la CV se cerrarán 2000 peluquerías, con el fuerte impacto que tendría en la sociedad española, con empresarios y trabajadores en la calle.

Las peluquerías y las microempresas

Las peluquerías son uno de los sectores más frágiles del panorama económico debido a que en su mayoría, se tratan de pequeños negocios. Estas pequeñas empresas suelen contar con entre 1 y 5 trabajadores y en una gran cantidad de casos, se trata de un negocio familiar, lo que puede acabar teniendo importantes repercusiones económicas para la familia.

En definitiva, hemos llegado a un momento en que peluqueros y gobierno tienen que ir de la mano, cada uno brindando todo lo necesario para el reflote del negocio. Desde contar con el equipo y material necesario que permita la seguridad del cliente, así como contar con el apoyo económico para poder lograrlo. No olvidemos que, de momento, las peluquerías no podrán abrir al máximo de su capacidad y que deberán de contar con unas medidas especiales para poder abrirlo, lo que supone evidentemente, un gasto más.