Trucos para alargar la vida de tu mascarilla y ahorrarte una pasta al mes

La mascarilla higiénica es parte de nuestra vida y nuestro día a día para reducir al máximo el riesgo de contagios por coronavirus. A estas alturas somos casi expertos en tipos de mascarillas, materiales, tipo de protección y formas de contagio. Sabemos cuándo tenemos que llevarlas puestas y cuándo podemos quitárnoslas, y también cómo debemos manejarlas y cómo no, aunque, seamos sinceros a veces nos cueste un poco seguir las recomendaciones. La cuestión es que la mayoría de las mascarillas tienen una duración limitada, lo cual es un fastidio porque nos obliga a estar comprando repuestos cada dos por tres. Por no mencionar el perjuicio que esto supone para el medio ambiente. 

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POR QUÉ HAY QUE CAMBIAR DE MASCARILLA

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Las mascarillas del tipo higiénicas, quirúrgicas y FFP1 y FFP2 tienen una duración de entre 4 y 8 horas. Después de este tiempo, la recomendación de las autoridades sanitarias es que la desechemos. ¿Por qué? El motivo es que al hablar estamos exhalando humedad que va afectando al tejido filtrante, por lo que acaba por perder efectividad. Esto es así aunque a simple vista nos parezca que la mascarilla está en perfectas condiciones. Por suerte hay algunos trucos con los que podemos prolongar la vida útil de nuestra mascarilla y espaciar un poco la siguiente compra. 

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Noemi A.
Noemi A.
Soy una apasionada de internet, las nuevas tecnologías y las redes sociales, adicta a la información y a aprender y descubrir algo nuevo cada día.