El gigante del comercio electrónico Amazon ha aprovechado las condiciones del mercado para colocar 10.000 millones de dólares (8.960 millones de euros) en bonos con distintos plazos de vencimiento, incluyendo deuda a 3, 7, 10 e incluso 30 y 40 años, por los que se ha asegurado algunos de los costes de financiación más bajos jamás registrados en los mercados de deuda corporativa de Estados Unidos.
Según fuentes conocedoras consultadas por el diario ‘Financial Times’, la compañía fundada por Jeff Bezos, y cuya deuda hace apenas once años no alcanzaba el grado de inversión, habría vendido este lunes bonos con vencimiento a tres años con un tipo de interés del 0,4%, apenas dos décimas por encima de la rentabilidad exigida en mayo a los bonos del Tesoro de EEUU con una plazo de vencimiento comparable.
De hecho, un tipo de interés del 0,4% representa un coste sustancialmente inferior al 1,9% que Amazon tuvo que ofrecer en 2017 cuando colocó sus bonos a tres años para financiar la adquisición de la cadena de supermercados Whole Foods Market y rompe a la baja el anterior mínimo del 0,45% logrado en 2012 y 2013 por multinacionales como Apple, IBM y Walt Disney.
Asimismo, los nuevos bonos de Amazon con vencimiento a 7 y 10 años cuentan con cupones del 1,2% y del 1,5%, respectivamente, también los más bajos del mercado corporativo estadounidense de bonos y batiendo el mínimo anterior establecido por la cadena de distribución Costco a principios de año, según los datos de Refinitiv. De su lado, el cupón del 0,8% del bono a 5 años de Amazon, habría igualado el mínimo de la deuda equivalente emitida por Pfizer.
La oferta de papel de Amazon, que incluía vencimientos a 30 y 40 años, fue sobresuscrita en más de tres veces, según las fuentes consultadas por el periódico.
En este sentido, ‘FT’ destaca el apetito de los inversores por prestar a ‘blue chips’ después de que la Reserva Federal haya proporcionado un respaldo sin precedentes a los mercados financieros, con su intervención en marzo, que incluía la promesa de comprar bonos corporativos. La intervención del banco central estadounidense ha ayudado a reducir los costes de los préstamos corporativos, que habían llegado a dispararse a su máximo de 10 años por la pandemia.
De este modo, el importe de las emisiones de bonos de empresas en EEUU ha sobrepasado ya el billón de dólares, con un ritmo récord de crecimiento.
«Las empresas están viendo estos rendimientos y pensando que deberían estar emitiendo. Esta es una oportunidad ideal para entrar y refinanciar los bonos existentes o agregar nueva deuda», indicó al diario Peter Tchir, jefe de estrategia macro en Academy Securities.