La cosecha de fruta de hueso (melocotón, paraguayo, pavía y nectarina) en España será considerablemente menor a la registrada en 2019, quedándose en las 1.414.913 toneladas, lo que supone un 11,9% menos respecto al año pasado, según las previsiones realizadas Cooperativas Agro-alimentarias de España.
El presidente del grupo de trabajo de fruta de hueso de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Javier Basols, presentó estos datos el pasado viernes en Europech. Así, en la nectarina, que supone un mayor volumen en el grupo de productos analizados, se alcanzarían las 537.033 toneladas, un 16% menos, le seguiría en producción la pavía con 300.803 toneladas (-1%) y el melocotón, para el que se espera 295.118 toneladas, un 14% menos, mientras que el paraguayo continúa con esa tendencia bajista y pondrá un 13% menos de producción en el mercado.
Además de la valoración cuantitativa, en el debate se destacaron los importantes daños ocasionados por sucesivos accidentes climáticos y condiciones extremas que han afectado a la producción de todas las regiones españolas, como heladas, granizo y lluvias persistentes.
Estas circunstancias meteorológicas adversas han afectado también al resto de Europa, lo que explica la caída global de la producción de melocotón, nectarina, paraguayo y pavía, en el conjunto de países, concretamente un 17% menos respecto a 2019, situándola en 3.192.543 toneladas.
En la reunión no se ha compartido información de otras producciones, pero Cooperativas Agroalimentarias de España ha destacado la situación particular de la ciruela y el albaricoque.
En el caso de la ciruela, se espera una caída de producción muy significativa de hasta el 16,5%, fundamentalmente en Extremadura, debido a la vecería, mientras que en el albaricoque, la producción cae porsegunda campaña consecutiva hasta las 94.000 toneladas, lo que supone un 15% menos.
Respecto al comportamiento del mercado, Basols ha manifestado suconfianza en que la salida de la fruta de las distintas regiones se produzca siguiendo un correcto escalonamiento y que la climatología en los principales focos de consumo en Europa alcance pronto y sostenidamente temperaturas estivales, favorables al consumo.
El sector ha señalado que la «gran incertidumbre» respecto a la reacción del consumidor. El consumo de frutas frescas en los hogares españoles ha sido «muy positivo» en las semanas de confinamiento, pero habrá que esperar a ver cómo reacciona, según se avance en la desescalada.
De esta forma, todos los representantes europeos se han mostrado «optimistas», para que, ante este escenario de cosecha corta, la campaña europea, equilibrada y de buena calidad, ofrezca cotizaciones correctas y que el mercado tenga un comportamiento menos congestionado que en campañas anteriores.