Las patatas bravas o patatas mixtas son dos de las raciones más socorridas en los bares para acompañar las cañas de mediodía. Pero, aunque los bares estén cerrados tras el Estado de alarma podemos seguir disfrutando de este plato tan sencillo, pero a la vez tan elaborado si se consigue una deliciosa salsa. ¿Te atreves a prepararlas?
El secreto está en conseguir unas patatas tiernas por dentro y crujientes por fuera. Para esto, hay tres cosas importantes a tener en cuenta: el tipo de patata, el sazonado y la cocción.
PRIMEROS PASOS
Tras seleccionar las patatas que vamos a utilizar, hay que lavarlas bien para quitar la tierra de la piel. Tras ello, pelamos las patatas y se cortan en cubos, intentando que sean todas del mismo tamaño.
Ahora colocaremos las patatas en un bol y hay que sazonar con pimienta y sal. Después se remueven y las dejamos reposar durante unos 10-15 minutos para que las patatas absorban el sabor.
El siguiente paso será colar el agua que ha soltado la patata, y ponemos el aceite al fuego. Uno de los secretos de los cocineros es que para freír las patatas, el aceite debe estar tibio, no muy caliente.
A continuación, echar las patatas a la sartén y cocinar durante unos 7 u 8 minutos. Luego retiramos las patatas de la sartén y las cubrimos en un plato con papel de aluminio para que se acaben de ablandar.
EL SECRETO ESTÁ EN LAS SALSAS
Siguiendo la receta de Gipsy Chef, podemos preparar las patatas bravas o mixtas más bestiales. La primera salsa, el Piripiri, será la salsa roja picante que a todos les encantará.
Para conseguirla, se necesitan dos cucharadas de tomate triturado y una pizca de sal, zumo de media mandarina, un chorro de aceite de oliva, una cucharada de vinagre, una cucharadita de orégano, una de pimentón, un chorro de sriracha (salsa picante), jenjibre rallado y ajo o guindilla molida. Remover bien toda la mezcla e ir probando hasta que tenga el punto justo de sal.
Por su parte, para preparar la salsa blanca se necesita una cucharada de crema agria, una yema de huevo, sal, ralladura de limón, zumo de medio limón y aceite de oliva.
Por último, tras preparar las dos salsas, es el momento de chafar las patatas para que se abran. Echar en el aceite ardiendo y dejar un minuto. Después emplatar las patatas con la salsa blanca y el piripiri.