La vicepresidenta tercera de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha afirmado este jueves que el uso del instrumento de los expedientes de regulación de temporal de empleo (ERTE), que cubren a más de 3 millones de trabajadores y más de 550.000 empresas, es «el mejor indicador de su éxito» y ve como un «buen indicador» que la afiliación registre una caída «muy inferior» a la de la pasada crisis y a la contracción del PIB.
Además, ha adelantado que el Gobierno retomará la Agenda del Cambio y los retos marcados para la legislatura tras dejar atrás la emergencia de la pandemia, para conseguir un crecimiento «más sostenible e inclusivo».
Así lo ha señalado Calviño durante su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital en el Senado para informar sobre las líneas generales de la política del departamento, retrasada durante dos meses por la crisis del Covid, y sobre la gestión económica relativa a la crisis sanitaria.
Calviño ha mantenido el escenario recogido en el Programa de Estabilidad y estas últimas semanas respecto a una recuperación en forma de «‘V’ asimétrica», con una pendiente negativa «muy profunda» en el segundo trimestre del año por una caída «muy intensa» de la actividad económica por la crisis del Covid-19, y una pendiente positiva «más suave» de «progresión gradual» en la segunda mitad del año hasta alcanzar «fuertes tasas de crecimiento» en 2021.
Las previsiones del Gobierno remitidas en su Programa de Estabilidad a Bruselas auguran una caída del PIB del 9,2% este año y un repunte del 6,8% en 2021, con una tasa de paro del 19% y el 17,2% en cada caso, al tiempo que prevé un déficit del 10,34% del PIB este año y una deuda pública del 115,5% del PIB.
Según Calviño, la caída de la demanda interna y el consumo privado marcan el retroceso este año, pero será también la demanda interna la que marque el impulso económico en el segundo semestre y el crecimiento el próximo ejercicio, con una «progresiva recuperación» del sector exterior conforme se levante el cierre de fronteras y se reactiven las economías de los socios comerciales.
Asimismo, ha destacado que el ajuste del empleo en términos de caída del mismo y aumento del paro está siendo «muy inferior» al de las crisis anteriores de 2008 o 2009, a pesar de que la contracción del PIB es mucho más elevada.
En este sentido, ha apuntado que el paro aumentó en 283.000 personas en abril, hasta los 3,8 millones de personas, y el número de afiliados el último día de abril fue de 18,4 millones, 49.000 afiliados menos que el primer día del mes, una caída «importante» pero que contrasta con el retroceso de 834.000 afiliados de marzo y apunta a «cierta estabilización» en el mercado de trabajo.
EL «ÉXITO» DE LOS ERTE Y SU PRÓRROGA
Ha insistido en que se ha trabajado en «excelente interlocución» con los agentes sociales para evitar la destrucción de empleo con los ERTE de fuerza mayor, prorrogados hasta el 30 de junio, y ha subrayado que el uso de este instrumento, que cubre a más de 3 millones de trabajadores y más de 550.000 empresas, es «el mejor indicador de su éxito».
Sobre el acuerdo de prórroga de los ERTE ha indicado que es «muy importante», aunque «no ha sido fácil para ninguno», porque permitirá articular este instrumento a las fases de desescalada para «no perder en las próximas semanas lo ganado en las anteriores en términos de mantenimiento de empleo y protección del tejido productivo».
Así, ha explicado que permitirá trasvasar bonificaciones a la Seguridad Social de trabajadores no readmitidos a trabajadores readmitidos para propiciar su reincorporación «lo antes posible» y que los «ajustes temporales» se hagan por horas de trabajo y no con empleados sin trabajar.
RETOMARÁ LA AGENDA DEL CAMBIO TRAS LA PANDEMIA
El escenario macroeconómico y las previsiones, ha dicho Calviño, condicionará en «gran medida» la legislatura, si bien ha indicado que las líneas generales son «muy claras» y pasan a corto plazo por adoptar las medidas que sean necesarias y «eficaces» para amortiguar el impacto económico y apoyar el tejido productivo, los trabajadores, las empresas y las familias.
A pesar de que las medidas conllevarán un impacto presupuestario «importante», con caída de ingresos y aumento «automático» del gasto, que elevarán el déficit público a más del 10% del PIB, Calviño ha dicho que este año no se puede mantener la senda de consolidación fiscal porque el esfuerzo fiscal «hay que hacerlo ahora», tal y como coinciden organismos e inversores.
No obstante, ha marcado que después seguirá siendo una prioridad la sostenibilidad financiera y ha remarcado que los inversores «confían en España», tal y como reflejan los resultados «muy notables» en las últimas subastas y con un alto porcentaje de emisiones colocadas entre inversores no residentes.
En cualquier caso, ha pedido, en un escenario de desescalada previsto «entre mayo y junio», que cuanto antes se trabaje en la recuperación de la economía, demandando «unión y lealtad» en la Comisión de Reconstrucción en el Congreso.
La vicepresidenta tercera ha avanzado también que una vez se deje atrás la emergencia sanitaria se retomará la Agenda del Cambio aprobada por el Gobierno y se abordará el reto demográfico, la transición ecológica o la digitalización. «Tenemos que hacer frente a los desafíos pendientes y poner el país en el rumbo correcto para las próximas décadas», ha enfatizado.