La economía de la zona euro probablemente haya tocado fondo en su caída a causa de la Gran Reclusión provocada por la pandemia del Covid-19 y es previsible que en los próximos meses comience a recuperarse, con un rebote en el tercer y cuarto trimestre del año, aunque necesitará hasta dos años para recuperar los niveles previos a la crisis, según ha señalado el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, durante una sesión telemática organizada por Esade Alumni.
«En estos momentos hay un nivel de incertidumbre brutal», ha señalado el exministro español de Economía y Competitividad, señalando que «lo único seguro» es que el PIB de la eurozona cayó casi un 4% en el primer trimestre y que la caída en el segundo trimestre puede ser «el doble o el triple», puesto que la economía europea no estaba preparada para un confinamiento de la intensidad y características del que se ha producido.
En este sentido, Guindos ha subrayado que la recuperación va a depender de la evolución de la propia pandemia, de que no haya una segunda ola de infecciones, y después de cómo se lleve a cabo la desescalada de las medidas aplicadas, apuntando que el BCE confía en que haya un rebote de la actividad en el tercer y el cuarto trimestre.
«El perfil será de una caída brutal en el primer semestre y una recuperación importante, pero no completa, en el segundo», ha apuntado Guindos, con la perspectiva de que en 2021 el PIB de la zona euro crecerá «en torno al 6%». «En total tardaríamos un año y medio o dos años en recuperar la posición que había antes de la crisis», ha advertido.
De este modo, en el escenario central de la institución, con una caída del PIB de la eurozona de alrededor del 8% en 2020 y una recuperación del 6% en 2021, el banquero ha advertido de que se producirá un incremento muy fuerte del déficit en 2020 y una reducción del mismo en 2021, que debería continuar en 2022, para, a partir de entonces, ir volviendo a la normalidad mediante los estabilizadores automáticos y porque dejarán de ser necesarias las medidas extraordinarias adoptadas.
«Tendríamos aproximadamente dos ejercicios con un déficit mucho más elevado, aunque el legado que quedará será una ratio de deuda publica más elevada por la necesidad de financiar el mayor déficit», ha reconocido.
EL BCE HARÁ «TODO LO NECESARIO».
Por otro lado, el vicepresidente del BCE ha asegurado que la entidad seguirá haciendo «todo lo necesario» con el objetivo de cumplir su mandato y garantizar que su política monetaria se transmite a todas las partes de la eurozona, a pesar del reciente dictamen del Tribunal de Constitucional de Alemania.
«Estamos sujetos a la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE y desde el punto de vista político nosotros continuamente estamos acudiendo al Parlamento Europeo a rendir cuentas. Esa es nuestra obligación», ha afirmado Guindos, para inmediatamente reiterar el compromiso del BCE de «hacer todo lo necesario para que la política monetaria se transmita de forma correcta a todos los países y se garantice la estabilidad de precios».
Asimismo, el vicepresidente del BCE ha rechazado cualquier posibilidad de ruptura de la zona euro, destacando el elevado respaldo de la moneda única entre los ciudadanos, así como el grado de solidaridad europea.
«No se va a producir, la integridad del euro es fundamental, es un principio básico», ha afirmado. «Ahora tenemos una moneda de ‘primera división’ y tenemos un marco institucional que nos permite evitar que se produzcan errores como en el pasado», ha añadido en referencia a la política de devaluaciones en España con la peseta.
Guindos ha subrayado la importancia de la solidaridad europea, con el BCE adquiriendo un elevado porcentaje de las necesidades de financiación del Tesoro público español, lo que supone una muestra clara de que el sistema institucional europeo está ayudando a que el euro sobreviva en estos momentos de gran complejidad y a que esta crisis no sea mucho más grave.