El Consejo de Política Monetaria del Banco de Japón (BoJ) ha decidido incrementar la potencia de fuego de sus medidas de alivio cuantitativo y cualitativo ante el impacto «cada vez más severo» de la pandemia de Covid-19 en la economía, por lo que retirará el límite máximo de sus compras de deuda soberana, además de aumentar sustancialmente las compras de deuda corporativa, según ha anunciado la institución, que ha revisado a la baja sus proyecciones macroeconómicas.
De este modo, al término de su reunión de política monetaria, que inusualmente ha durado un solo día en vez de los dos habituales, el BoJ ha anunciado que comprará «toda la cantidad necesaria de bonos gubernamentales de Japón sin establecer un límite superior con el fin de que los tipos de interés de la deuda a diez años permanezcan en torno a cero».
Hasta ahora, el BoJ había limitado sus compras de bonos nipones a un importe máximo de 80 billones de yenes anuales (687.470 millones de euros) con el objetivo de limitar al 0% la rentabilidad de la deuda japonesa con vencimiento a diez años.
La institución ha decidido por unanimidad elevar sustancialmente el importe de sus compras de deuda a corto plazo y bonos de empresas , para los que ha fijado un importe agregado máximo anual de hasta 20 billones de yenes (171.868 millones de euros), lo que supone triplicar el volumen de compras de estos activos, de los que venía adquiriendo en el mercado hasta 4,2 y 3,2 billones de yenes respectivamente.
Asimismo, el banco central japonés ha aprobado incrementar la cantidad máxima de estos instrumentos de deuda que puede adquirir por emisor, además de ampliar hasta cinco años los vencimientos de los bonos corporativos incluidos en su programa de compras.
Por otro lado, el máximo órgano de política monetaria del BoJ decidió por una mayoría de 8 votos contra 1 mantener una tasa de depósito del -0,1%.
La economía de Japón se encuentra en una situación cada vez más grave debido al impacto de la propagación del coronavirus Covid-19 en el país y en el extranjero», ha reconocido la institución dirigida por Haruhiko Kuroda, advirtiendo de que, a pesar de que las respuestas ofrecidas por el gobierno y el Banco de Japón han estado ejerciendo algunos efectos positivos, las condiciones de financiación son menos acomodaticias.
En este sentido, el BoJ ha decidido por unanimidad ampliar el rango de garantías aceptables para participar en el fondo especial para empresas introducido por la institución el pasado mes de marzo para ayudar a las compañías a hacer frente a las dificultades económicas provocadas por la pandemia. Además, se aumentará el número de contrapartes aceptados y se aplicará un tasa de interés positiva del 0,1% en el saldo de los balances de las instituciones financieras en la institución en relación con los préstamos concedidos a través de este fondo.
REBAJA DE PREVISIONES.
El Banco de Japón ha revisado sustancialmente a la baja sus proyecciones macroeconómicas como reflejo del impacto de la pandemia en el país, que finalmente se ha visto forzado a decretar el estado de alarma.
De este modo, el banco central prevé que el PIB de Japón caerá en 2020 entre un 3% y un 5%, cuando el pasado mes de enero anticipaba un crecimiento de entre el 0,8% y el 1,1%. No obstante, confía en que la economía rebotará en 2021, con una expansión de entre el 2,8% y el 3,9%, frente al anterior rango de entre el 1% y el 1,3%, mientras que para 2022 espera un crecimiento de entre el 0,8% y el 1,6%.
En cuanto a la inflación, las nuevas proyecciones del BoJ vuelven a alejar el cumplimiento del objetivo de estabilidad de precios, ya que este año apuntan a una bajada de precios de entre el 0,3% y el 0,7%, cuando en enero esperaba una subida de entre el 1% y el 1,1%, mientras que para 2021 el banco central prevé una inflación de entre el 0% y el 0,7%, frente a la anterior horquilla de entre el 1,2% y el 1,6%. Asimismo, para 2022 la institución anticipa una inflación de entre el 0,4% y el 1%.
A este respecto, Marcel Thieliant, analista senior para Japón de Capital Economics, apunta que la decisión de no tocar los tipos de interés, a pesar de la rebaja de previsiones para la inflación y el PIB, sugiere que «las posibilidades de un recorte de tipos están disminuyendo» y señala que el banco central nipón podría esperar para reducir el precio del dinero hasta que el brote haya sido contenido.
De hecho, varios miembros del Consejo del BoJ han venido lamentando el impacto de los bajos tipos de interés en la rentabilidad de los bancos japoneses, por lo que una rebaja adicional de los tipos podría ir en detrimento de los márgenes aplicados a los préstamos, lo que podría hacer renuente al banco central de «echar más leña al fuego».