El secretario general de CCOO, Unai Sordo, cree «conveniente» alargar más allá del estado de alarma algunas medidas de salvaguarda del empleo que se han adoptado en la crisis, entre ellas las restricciones al despido, los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs) y la adaptación de la jornada laboral por la vía del teletrabajo o mediante su reducción.
«Cuando salgamos de la situación de excepcionalidad, sería bueno seguir incidiendo en que cuando las empresa tengan problemas, la última opción sea el despido. Y esto se hace limitando la contratación temporal y las posibilidades de despido y a la vez abriendo fórmulas más simples de poder reordenar las jornadas cuando las empresas tienen problemas», ha afirmado el líder de CCOO en una entrevista con Europa Press.
El dirigente sindical considera que España necesita hacer a medio plazo una revisión de su modelo laboral para evitar que el recurso habitual de las empresas con problemas sea el de recortar plantilla. En este sentido, ha asegurado que si durante la crisis sanitaria no se hubieran facilitado los ERTEs, «la destrucción de empleo seguramente se contaría en España por millones».
De este modo, Sordo señala que habrá que favorecer medidas de flexibilidad interna, ya sean los ERTEs u otra figura, para sostener el empleo durante la fase posterior a la crisis, pero con contrapartidas: que las empresas no despidan. En su opinión, este tipo de medidas no sólo habría que extenderlas en el tiempo, sino que deberían incorporarse a la legislación laboral ordinaria. «Tendría que ser más difícil contratar temporal y más difícil despedir para evitar que volvamos a un 30% de temporalidad», subraya.
EL INGRESO MÍNIMO VITAL NO DEBE SER COMPATIBLE CON UN EMPLEO
En cuanto al ingreso mínimo vital, el líder de CCOO considera que «el Gobierno ha equivocado los tiempos» porque debería haber empezado por una renta mínima de emergencia, de carácter temporal, y en paralelo ir trabajando en un ingreso vital de carácter estructural, es decir, permanente.
Lo segundo, explica, «no puede ponerse en pie en quince días» porque la competencia reside en las comunidades autónomas. «Mucho me temo que en el mejor de los casos puede tardar unas cuantas semanas», avisa. Mientras tanto, hay gente sin recursos que necesita comer y que precisaría de esa renta temporal de emergencia a la que en principio deberían acceder las personas sin ingresos y cuya cuantía podría ser equivalente a la del Indicador Público de Rentas con Efectos Múltiples (Iprem), unos 538 euros.
De cara a lo que sería un ingreso mínimo vital permanente, Sordo cree que su cuantía debería permitir acceso a los consumos básicos y ser complementaria a las rentas mínimas que tienen establecidas las comunidades autónomas. Ahora bien, no es partidario de que este ingreso mínimo sea compatible con un empleo, aunque sí que pueda estar vinculado a la búsqueda de un empleo o a formación.
«Pero si se hace compatible con un salario, pensamos que puede dar pie a que, por la vía de reducciones de jornada, ese ingreso mínimo acabe convirtiéndose en una especie de complemento salarial, de manera que el Estado acabe abonando una parte de los salarios que dejarían de abonar las empresas», argumenta.
«LA CRISIS NOS HA PILLADO A TODOS SIN ESTAR PREPARADOS»
Sordo opina que una de las grandes lecciones que dejará la crisis originada por el coronavirus es el «valor insustituible de los servicios públicos y del trabajo». En su opinión, se ha demostrado que las actividades esenciales de un país las constituyen «lo que algunos llaman trabajos poco cualificados».
En cuanto a los servicios públicos, Sordo ha puesto en valor la cobertura que ha recibido la población gracias a que en España existe una sanidad pública universal. «Seguramente los sanitarios de Estados Unidos están siendo tan héroes como los nuestros, pero el problema en Estados Unidos es que mucha gente no está pensando en cómo curarse, sino en si tiene dinero para pagarse un tratamiento, y eso no ocurre en nuestro país», ha resaltado.
El líder de CCOO reconoce que faltó previsión, pero no sólo en España, «por mucho que alguien se empeñe». «No creo que haya ningún país que pueda decir que afrontó esto con previsión; nos ha pillado a todo el mundo sin estar preparados para afrontarla y sin tener seguramente ni las dotaciones materiales necesarias, ni ningún protocolo de cómo actuar ante la pandemia. Si a mediados de febrero alguien nos dice que Occidente va a estar prácticamente recluida en sus casas por una epidemia les hacen sketchs en las televisiones, no se lo hubiera creído nadie», afirma.
Sordo piensa que ha habido aciertos y errores en la gestión de la crisis. Errores por la falta de dotación de medios y materiales que hace mucho tiempo que no se producen en España y en Europa y que, al ir a buscarlos fuera, ha dado lugar a «cuellos de botella y situaciones de especulación y casi de pirateo internacional. La conclusión de todo ello es, a su juicio, que España necesita tener industrias de suministros básicos.
«Claro que ha habido errores, es la situación de gestión más difícil que se puede encontrar cualquier Gobierno de España o autonómico. Porque aquí cada uno tendrá su carga de errores y aciertos», ha apuntado el líder de CCOO. Entre los aciertos, cita el esfuerzo de protección pública «sin precedentes» que se ha hecho en España y que ha permitido que seis millones de personas cuenten con algún tipo de renta de sustitución por pérdida de empleo, por estar en un ERTE, por cerrar su negocio…. «No reconocer este esfuerzo sería injusto», opina.
Sordo cree que ya habrá tiempo de buscar responsabilidades políticas a lo que ha sucedido y apuesta, junto con UGT, por realizar con mucho rigor, «en términos de auditoría», un análisis de cómo han respondido los sistemas sociosanitarios a la crisis del coronavirus. La idea de esta auditoría no es hacerla «desde un punto de vista fiscalista», sino para replantear modelos que pueden no haber funcionado. «Si las residencias tienen que estar medicalizadas, pues a lo mejor hay que replantearse el modelo de residencia», pone como ejemplo.
LA UE: «AHORA O NUNCA»
Sobre el papel de la Unión Europea (UE) en la crisis, el líder de CCOO advierte de que se está jugando ser «un país de países o un banco de países». En su opinión, la UE no puede limitarse únicamente a inyectar liquidez a sus Estados miembro porque ello supondría su deslegitimación política «de forma irreversible». Así, cree que la UE tiene que ir más allá y poner en pie un fondo económico «inmenso», con acceso a coste cero y sin condicionalidades, al tiempo que protege la deuda de los países de ataques especulativos.
«España paga hoy día en intereses de la deuda 28.500 millones de euros anuales. Si la deuda pública se dispara en 20 puntos, y esto no es imposible, pasaremos a pagar 35.000 millones de euros anuales. Pero si Europa no protege esta deuda y se la libra de ataques especulativos y nos vamos a tipos de interés como los de 2011, saltamos a 65.000 millones de euros anuales, que es casi el presupuesto de Sanidad que tiene España. La UE es ahora o nunca», apunta.
Sordo considera que, más allá de las cifras que están barajando organismos como el Banco de España, lo que está claro es que la caída del PIB y el aumento de la deuda y el déficit público «no va a tener precedentes». «Necesitamos proteger en el ámbito europeo esas magnitudes e ir preparando una palanca económica, eso que se ha llamado Plan Marshall, que es clave para que el rebote en la segunda parte del año o el año que viene sea igualmente fuerte», subraya.