El confinamiento no pudo con la celebración del Día del Libro. El pasado 23 de abril fue el más atípico de nuestro siglo. Ni librerías abiertas, ni firmas de libros, ni lectores con un libro bajo el brazo. La fiesta del libro se trasladó a las redes sociales, donde la comunidad literaria se encargó de recordar a través de las redes sociales la efeméride.
Librerías cerradas sí, pero muchas trabajando a puerta cerrada para hacer llegar a los clientes sus peticiones por el Día del Libro. Trabajar de esa manera es la manera de salvar en los negocios en la medida de lo posible. El Día del Libro supone un gran porcentaje de ventas en el año, pero este año esa cifra está muy lejos de lo habitual.
Aunque las ventas de libros no han salido mal paradas como otros sectores desde que empezase el confinamiento, las pérdidas del sector del libro ascienden al 80% desde que se decretase el estado de alarma.
Así, además de llenarse de hashtags con las lecturas de la jornada, las redes sociales fueron una herramienta de reivindicación. Las librerías lanzaron nuevamente un mensaje de concienciación con el que pretendían recordar a los lectores que siguen ahí, y quieren seguir ahí cuando esto pase. La situación es preocupante, ya que muchas librerías han bajado la persiana de forma permanente al no poder sostener esta situación durante más tiempo.
FIRMAS, ENCUENTROS VIRTUALES Y RECOMENDACIONES
Los escritores no quisieron perderse la oportunidad de conectar con sus lectores en un día tan especial. Como venía siendo habitual desde hace más de treinta años, el centro de Barcelona se llenaba de casetas donde acuden numerosos autores para firmar ejemplares a sus lectores. Este año no ha sido posible mantener la cita el día que correspondía, pero se ha aplazado hasta julio si la situación lo permite.
En este contexto, los propios escritores conectaron a través de sus redes sociales y respondieron preguntas de los usuarios. Además, algunos de ellos entraron en directo en televisión, radio y sus cuentas personales para contar cómo están viviendo ellos el confinamiento, pero también para recomendar lecturas.
Las firmas de ejemplares por sus autores es uno de los deseos más preciados de la jornada. Por eso, los lectores podían descargarse en la web de algunas editoriales como Planeta dedicatorias especialmente creadas para este día.
En este día tan especial y peculiar, aunque también triste, no faltaron las recomendaciones de escritores a la comunidad o de los propios lectores a través de sus cuentas. Desde clásicos como Séneca, Herman Melville, Delibes o Galdós, hasta los recién premiados Javier Cercas y el finalista Manuel Vilas. Pero si hay que destacar un protagonista de la jornada, sin duda hablaríamos de Miguel de Cervantes.