Según se aproxima el final del confinamiento aumentan las dudas. La primera e inmediata tiene que ver con el transporte. ¿Cómo podremos desplazarnos garantizando la seguridad sanitaria? El transporte público es el que genera más incertidumbre. Será complicado mantener en todo momento las distancias recomendadas entre pasajeros. Solamente recordar la hora punta en el metro de Madrid produce escalofríos. Siguiendo la estela de Francia, la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha anunciado su decidida apuesta por la bicicleta para la movilidad que se nos avecina. El uso del vehículo privado podría incrementarse un 20%, según el RACE. El debate está servido.
El coronavirus ha venido para quedarse mucho tiempo, por eso, lo va a cambiar todo. Los desplazamientos al trabajo, cuando se abra la fase de desescalada, generan inquietud y preocupación. Activar nuevos focos de contagio con concentraciones –aunque controladas- de gente en el transporte público, podría hacernos retroceder a fases severas de confinamiento. Pero tampoco se puede posponer mucho más la decisión. La economía no resistirá paralizada mucho más tiempo.
En momentos en los que reinventarse supone un mecanismo de supervivencia más que una estrategia, la bicicleta se sitúa en el ojo del huracán mediático como el medio de transporte que mejor se ajusta a las nuevas circunstancias. Un vehículo –eléctrico o no- que no genera emisiones, tan nocivas para los afectados por el virus; que permite al viajero evitar habitáculos cerrados, permanecer al aire libre durante el trayecto y que respeta por su propia dinámica las distancias entre usuarios.
Habida cuenta de las ventajas que ofrece la bicicleta en consonancia con las medidas que prepara el Gobierno para el fin del confinamiento, la ministra Ribera, ha pedido a sus equipos técnicos responsables en las áreas de clima y calidad del aire “que estudien cómo ampliar la implantación del uso de la bicicleta como estrategia de transporte para mantener el distanciamiento social al concluir la etapa de confinamiento”, según anunciaba en su cuenta oficial de Twitter.
Ribera que, coordina un comité de nueva creación -de desconfinamiento- encargado de evaluar las medidas para flexibilizar y graduar la salida del estado de alarma, ha aclarado que este tipo de medidas se deben abordar en coordinación con las comunidades autónomas y municipios.
Francia ha abierto el camino hacia el resurgimiento de la bicicleta como principal medio de transporte para garantizar el distanciamiento social, algo que, según los epidemiólogos, sería un freno al Covid-19. Allí el rechazo colectivo inicial al transporte público también está cantado.
Sin embargo, aunque el punto de partida de esta iniciativa la tenga el Gobierno –tanto en Francia como en España- lo cierto es que los auténticos responsables de que las ciudades salgan de este parón #EnBici son los ayuntamientos, empresas y universidades.
¿DE QUIEN DEPENDERÁ EL IMPULSO A LA BICI?
El Gobierno puede actuar a instancias de la Dirección General de Tráfico (DGT) para agilizar la actualización de la normativa referente a la bicicleta y que se adapte con rapidez a los nuevos tiempos y cambios sociales previstos, tal y como le exigen desde la Red de Ciudades por la Bicicleta (RCxB). El Ejecutivo también puede poner en marcha planes de ayuda para la compra de bicicletas eléctricas y mecánicas, pero más allá de este tipo de iniciativas, las competencias en la disponibilidad de bicicletas, en su circulación y aparcamientos las tienen los ayuntamientos, que pueden contribuir con normas municipales a fomentar la responsabilidad ambiental de empresas y universidades, que también deben dar respuesta a sus compromisos medioambientales.
Por eso, las principales herramientas informáticas para impulsar el uso de la bicicleta como medio de transporte prioritario, están dirigidas a ayuntamientos, universidades y empresas, que son las que implican a ciudadanos, estudiantes y trabajadores en la movilidad sostenible, con mecanismos que incentivan el uso de bicicleta.
CICLOGREEN: INCENTIVOS PARA PROMOVER LA BICI
Ciclogreen trabaja para ayuntamientos, universidades y empresas de España, Europa e Iberoamérica. Ofrece programas de incentivos a los usuarios de bicicleta para sus desplazamientos en la ciudad, al trabajo o a la facultad, según el caso. “Este cambio de paradigma en la movilidad que se está persiguiendo desde hace años ahora cobra una importancia mayor porque se trata de una emergencia más que de una opción”, explica a MERCA2, Gregorio M. Toral, founder and CEO of Ciclogreen.
La startup sevillana ofrece una app móvil, una web corporativa y un panel de control customizados, por los que “lanzamos un Programa de Incentivos a la movilidad sostenible, con acceso a un Panel de Control y cálculo de reducción de emisiones de CO2”, afirma Toral. Para motivar a los usuarios “planteándoles retos a medida en los que podrán ganar premios por desplazarse por la ciudad de forma sostenible, por ejemplo, un sorteo de una cena para dos, entre los participantes que recorran al menos 30 km en bici en un mes”, explica el CEO.
En el perfil privado de la app, cada usuario podrá visualizar sus Ciclos (puntos) acumulados, kilómetros recorridos, dinero ahorrado en combustible y CO2 no emitido. Asimismo, los participantes también podrán visualizar en la versión web todos los detalles de sus actividades, incluyendo estadísticas y calorías quemadas.
En el caso de los ayuntamientos, la iniciativa ofrece además una herramienta útil de visualización y análisis de patrones de movilidad en la ciudad, “suministro de datos (de forma totalmente anónima) para que el Ayuntamiento pueda realizar sus propios estudios de movilidad, usando los datos para mejorar las infraestructuras y los servicios públicos en las ciudades”, comenta el fundador de Ciclogreen.
Entre los clientes de Ciclogreen encontramos empresas como Decathlon, Ulma o Fagor o ayuntamientos de ciudades como Londres, Bogotá, Barcelona o Valencia. También universidades de Cantabria, Valladolid, Barcelona, Burgos, Granada, Málaga o Jaén han apostado por el sistema para medir e incentivar la movilidad sostenible de la empresa española.