Hace unas semanas se difundía en redes sociales un peligroso bulo que afirmaba que la ingesta de alcohol puede prevenir el contagio de covid-19. La Organización Mundial de la Salud ha advertido que este mito generado por la desinformación y el miedo es totalmente falso. Una advertencia que ha llegado después de que en países como Perú, Irán y Turquía se empezar a consumir alcohol para evitar contagios.
Esto ha provocado intoxicaciones masivas que han terminado con más de un centenar de fallecidos. En Irán, ha muerto 194 personas y más de 1.200 han sufrido intoxicaciones graves por ingerir alcoholes industriales, a veces adulterados, con el convencimiento de que resulta eficaz para prevenir la infección por coronavirus. También en Turquía se ha informado de que varias decenas han muerto por beber alcohol isopropílico, un tipo de alcohol que se utiliza para limpieza. En algunas regiones de Rusia, como Siberia, ya han prohibido la venta de alcohol para evitar su consumo durante la situación de alarma.
¿QUÉ PASA CON LAS BEBIDAS ALCOHÓLICAS?
En España las bebidas alcohólicas como el vino y la cerveza se han convertido en el nuevo papel higiénico. Las compras de este producto se ha incrementado hasta un 80%, ya que muchas personas han trasladado el momento de las copas en el pub y las cañas en la terraza, a sus propias casas. Además, muchas personas están recurriendo a estas bebidas como un paliativo para sobrellevar mejor la cuarentena. Los expertos alertan de que este tipo de consumo para relajarse o mejorar el ánimo en una situación como la actual, puede desembocar en un problema de alcoholismo.
La OMS también se ha posicionado al respecto y recomienda evitar el consumo de alcohol ya que puede empeorar la enfermedad, es incompatible con algunos medicamentos y además, compromete el sistema inmunológico.
Según declaraciones de Francisco Toscano, médico cardiólogo Fundación Cardiólogica Argentina: “En tiempos de pandemia, nos encontramos con que la gente está encerrada en su casa disfrutando lo que para muchos es un gran placer que es el tomar alcohol, fundamentalmente con las cenas. El consumo excesivo de alcohol puede producir depresión, ansiedad, pánico, alterar la toma de desiciones y exacerbar la violencia. Además, favorece el aumento de peso y también se ha visto como un factor de riesgo para cuadros más críticos de COVID-19. Es decir, si se contagia un paciente alcohólico va a tener más riesgo de producir un cuadro más agudo, más crítico y con una peor evolución”