César Azpilicueta Tancón, más conocido simplemente por su apellido que luce en la zamarra del Chelsea o de la selección española, se ha apuntado a la moda de los E-Sports. Aunque, a diferencia de otros muchos que solo lo han visto como una divertida alternativa en mitad del estado de alarma, el navarro apuesta por su auge como una oportunidad de negocio.
Así, el pasado 1 de abril inscribió en el Registro Mercantil la sociedad Carbney Esports, de la que consta como administrador único. El objeto social de la nueva compañía es la de «creación, gestión, explotación y organización de equipos de deportes electrónicos y/o E-Sports. Compra venta, representación y formación de equipos y/o jugadores, así como la organización, desarrollo, explotación y gestión de todo tipo de pruebas, espectáculos, eventos y/o competiciones». En definitiva, un abanico muy amplio de actividades dentro del enorme universo que son los E-Sports.
La popularidad de este tipo de eventos deportivos no ha hecho más que crecer en los últimos años. Así, los jóvenes se acercan cada vez más a este tipo de formatos digitales, lo que propicia que las compañías que pretenden llegar hasta ellos se lancen a invertir en la proliferación de dichos formatos. Una combinación, espectadores y empresas, que ha posibilitado crecimientos superiores al 30% anuales en el volumen de ingresos. Hasta el punto, de que para 2021 la cifra podría llegar a superar los 1.500 millones de euros. Todo ello, gracias a registrar audiencias que superan los 130 millones de espectadores.
AZPILICUETA JUNTO A OTROS NOMBRES PROPIOS
La nueva apuesta de Azpilicueta se suma a otros nombres ya conocidos, de futbolistas, que han visto en la industria de las competiciones de los videojuegos la próxima milla de oro. Entre ellos destacan, su compañero en la selección española Sergio Reguilon que se convirtió en socio accionista de Team Heretics el pasado mes de mayo. También el delantero David Villa posee su propio equipo de E-Sports, DV7 E-Soccer, al que incluyó en la VFO, Organización Virtual de Fútbol por sus siglas en inglés, que pertenece a la FIFA.
Pero no solo españoles. Ronaldo Nazario, el exvalencianista André Gómez o Zlatan Ibrahimovic también han apostado por la industria. El primero compró el 50% del club más importante de su país natal, CNM e-Sports, y cuenta actualmente con divisiones para juegos tan seguidos como League of Legends o Fortnite. El sueco, por su parte, prefirió una fórmula distinta, ya que su inversión es una plataforma de torneos accesibles para todo el mundo de algunos de los títulos más afamados de todo el mundo.
Aunque, sin duda, es el barcelonista Gerard Piqué el que más fuerte ha apostado por el mundo de los videojuegos. El central ha articulado una serie de inversiones, de la mano del gigante japonés Konami, para conseguir crear una liga a nivel global del título Pro Evolution Soccer. Con ello, pretende unificar todas las pequeñas ligas nacionales o privadas que existen actualmente, creando una comunidad gigante, y por otro devolver al devolver a la cima de los simuladores de fútbol virtual al título japonés.