Resident Evil se viraliza por la falda de su mujer protagonista

La popular franquicia de videojuegos ha vuelto a las baldas virtuales de las tiendas de videojuegos con el reciente estreno de ‘Resident Evil 3 Remake’, lanzado el pasado 3 de abril para PS4, Xbox One y PC. Sin embargo, no es la nueva entrega la razón por la que se está hablando de él. Un gran debate se ha abierto en redes entorno a la vestimenta de una de sus personajes principales.

El dilema se ha generado alrededor de la indumentaria de Jill Valentine, la mujer ficticia que protagoniza esta historia de Capcom junto a Carlos Oliveira. Según los enfadados gamers, la empresa decidió «censurar» la corta falda que llevaba Valentine en el videojuego original, y cambiarla por unos shorts para este remake. Estos jugadores indignados han llegado a proclamar que se trata de publicidad engañosa, por lo que podrían plantear ataques legales contra la firma.

Ahondando algo más en el debate, hay jugadores que se sienten engañados ya que la empresa habría dicho que incluiría el traje original de Valentine, junto con el peinado original de Oliveira, en aquellas copias que se preordenaran. Por ello, ciertos consumidores de esta franquicia habrían puesto el grito en el cielo al ver que Valentine no llevaba esa apretada falda que esperaban.

ENFADADOS CON RESIDENT EVIL

A partir de estas quejas, muchos otros jugadores de la saga se han mostrado asombrados, ya que no comprenden cómo esto podría enfadar tanto a alguien. Además, achacan a estos jugadores pecar de sexistas por indignarse ante un detalle como este. «No puedo creer que haya gente realmente enfadada con esto», escribe un tuitero. «Ellos.. ellos saben que hay lugares en internet donde pueden ver ese tipo de cosas, ¿verdad?», se pregunta otro. Así, algunos han querido recordarle a estos indignados que, si desean ver contenido adulto sobre el juego, pueden buscarlo en otro lado.

Los defensores de esta decisión de los desarrolladores explican que tomar «decisiones creativas» no es censura, y que todo el tema es, básicamente, una tontería.

Toda esta situación recuerda a anteriores debates sobre la imagen de la mujer en los videojuegos, aunque en esta ocasión, parece haber gran consenso entorno a la idea de que quejarse por ese detalle no viene a cuento.