Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) tiene previsto aprobar este martes un conjunto de medidas para aliviar el impacto de la pandemia de coronavirus que supone más de 400.000 millones de euros en préstamos a través de distintas instituciones, como el fondo europeo de rescates, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) o la Comisión Europea.
Los responsables de economía del bloque tienen hasta finales de esta semana para trasladar a los jefes de Estado y de Gobierno un plan de medidas urgentes que ayuden a mitigar las consecuencias de las medidas adoptadas para combatir la enfermedad. Tras la profunda división visible en las reuniones anteriores, el Eurogrupo por videoconferencia de este martes se saldará, salvo sorpresa, son un acuerdo sobre una estrategia sustentada en tres pilares básicos.
El primero de ello será el acceso a 240.000 millones en líneas de crédito del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo europeo de rescates. Se trata de una idea que Italia todavía rechaza por «inadecuada», en palabras del primer ministro Giuseppe Conte, pero el debate abierto se centra en la condicionalidad que acompañaría a estos préstamos.
Las líneas de crédito actuales del MEDE están vinculadas al compromiso de hacer reformas macroeconómicas y las capitales discuten ahora si estas condiciones deben relajarse y limitarse a que los préstamos recibidos se dediquen ha medidas para hacer frente a la pandemia. Alemania ha accedido ya a minimizar los requisitos para acceder a estos créditos y queda la incógnita sobre si otros países, como Países Bajos o Austria, también lo aceptarán.
De hecho, en una tribuna publicada en varios medios este lunes, los ministros alemanes de Exteriores y Finanzas, Heiko Maas y Olaf Scholz, cifran en 28.000 millones y 39.000 millones los préstamos que podrían recibir España e Italia, respectivamente, a través del MEDE.
El segundo escudo de protección sería el plan del Banco Europeo de Inversiones para crear un «fondo paneuropeo de garantías» de 25.000 millones en garantías que ayuden a movilizar hasta 200.000 millones para la economía real. El presidente del BEI, Werner Hoyer, presentará a los ministros esta medida, que se sumaría a los 40.000 millones en avales que ya anunció la entidad en marzo.
La tercera línea de defensa sería el fondo contra el desempleo de 100.000 millones de euros que ha propuesto la Comisión Europea, especialmente pensado para España e Italia, los dos países más golpeados hasta ahora por la pandemia.
¿UN FONDO PARA LA RECUPERACIÓN CON EUROBONOS?
Las tres medidas, no obstante, representan líneas de crédito o préstamos que, aunque en condiciones favorables, los Estados miembros tendrán que devolver. No se incluyen entre ellas la posibilidad de emitir deuda de forma conjunta. Es decir, los eurobonos que reclaman una decena de países, entre ellos España y que siguen suponiendo el punto de bloqueo en las conversaciones.
En los últimos días han crecido las voces que piden la creación de un fondo común para financiar la recuperación económica posterior a la emergencia sanitaria y a través del cual se pueda emitir deuda europea. A la idea original del Gobierno francés, por ejemplo, se han sumado grupos políticos del Parlamento Europeo como los socialdemócratas y los ecologistas y dos comisarios que, a título propio, han propuesto una solución similar.
El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, y su colega de Mercado Interior, Thierry Breton, han planteado un Fondo Europeo de Recuperación que pueda emitir deuda conjunta a largo plazo para impulsar la recuperación económica.
Cualquiera de estas medidas representaría la primera iniciativa mutualizada para hacer frente a la pandemia de Covid-19 frente a todas las anteriores, estructuradas a base de préstamos. Pero en cualquier caso sería una solución medio o largo plazo y, para salir adelante, todavía necesitaría el visto bueno de países como Países Bajos, reacios a compartir los riesgos con el resto de socios.
El choque, por tanto, estará en este punto. París quiere condicionar el visto bueno del Eurogrupo a que, además de las tres iniciativas de respuesta de emergencia, los ministros se comprometan también a estudiar la emisión temporal de deuda para financiar un fondo de solidaridad.
Pero, por el contrario, Países Bajos sigue negándose a mutualizar los riesgos a través de un mecanismo así y critica el «bloqueo ideológico de algunos» países que quieren acceso a los fondos del MEDE «a intereses muy bajos y sin condiciones».