Y cuando esto acabe ¿serán los bancos el nuevo Netflix?

Parece que el modelo de negocio de Spotify o Netflix llegará también a la banca. El sector lleva tiempo inmerso en un proceso de consolidación que aún no está resuelto. Bancos grandes y pequeños, cajas de ahorros, cooperativas de crédito y cajas rurales compiten ferozmente cada día.

Pero a ellos se suma una oferta creciente de productos y servicios ofrecidos por los nuevos actores: fintech y bigtech, que complementan la oferta bancaria tradicional. El entorno no lo está poniendo fácil, la crisis del coronavirus ha hecho que los tipos de interés vayan a seguir bajos mucho tiempo y con ello, el impactando en los márgenes de las entidades financieras.

Así lo pone de manifiesto Francisco Sierra, director General de N26 España quien entiende que además, el Covid-19 está obligando a poner a prueba las estructuras y la digitalización de todo el sector. Con la gente confinada en sus casas, la mayoría de operaciones se hacen desde la aplicación móvil o la página web.

¿QUIÉN PAGA EL DESPILFARRO?

Los grandes bancos están destinando miles de millones en su transformación digital para ponerse al día con las fintech, un coste que tendrán que pagar sus clientes. Es muy difícil competir con empresas tecnológicas que no cuentan con las pesadas infraestructuras del sector tradicional ni, por tanto, tienen unos costes tan elevados. Y esta es una de las claves.

Según Sierra, las entidades tradicionales siguen intentando aumentar las comisiones para mantener la “gratuidad” de los productos más simples. Es insostenible mantener los enormes costes de estructura y personal con los que cuentan sin que ello repercuta en sus clientes.

Pero los clientes han hablado alto y claro. Entre el 40% y el 50% de los clientes españoles quieren cambiar de banco, motivados por comisiones indebidas o condiciones abusivas en sus productos y servicios. Y lo más importante, el 27% de los usuarios aseguró que los costes de mantenimiento y las comisiones son los motivos principales por los que abandonarían a su banco por una fintech.

MATRIMONIO DE CONVENIENCIA

Tener el ahorro de los clientes en sus balances agobiaba a la gran banca y sacar rendimiento supone casi una proeza. Esta hazaña se ha traducido en muchas ocasiones en un “matrimonio de conveniencia” donde la entidad obliga al cliente a casarse casi de por vida prometiendo una cuenta gratis o un interés menor siempre que se contrate una hipoteca, un préstamo, un seguro o un plan de pensiones…

Podría decirse que el sector ha sido sostenible así hasta que han llegado nuevos pretendientes coqueteando con sus clientes. Es el caso de las fintechs, challenger banks, neobancos o bigtechs, que han conseguido enamorar a una gran cantidad de desencantados con su relación bancaria actual.

El secreto es la libertad y la transparencia. Es decir, no hay compromiso, más que el que quiere el cliente. Pero tampoco hay gastos de mantenimiento, expedición de tarjetas o comisiones por descubierto.

¿HACIA DÓNDE VAMOS?

Algunas de las industrias más potentes del mundo han revolucionado su sector con un modelo freemium. Desde Spotify, pasando por Amazon y hasta The New York Times ofrecen servicios básicos de calidad gratuitos, mientras que dan la opción al usuario de pagar por disfrutar de un valor añadido, solo si así lo considera.

Y todo con un factor indispensable en común: experiencia 100% móvil y digital. Si se piensa en Netflix o HBO, como modelo de negocio es escalable y fácil de entender, encaja con las nuevas formas de consumir.

Para el usuario es una opción transparente: pagar una cantidad fija, mes a mes, sin letra pequeña ni sorpresas, por un servicio que se elige y aporta valor. Los últimos datos estiman que los hogares europeos gastan de media 130 euros al mes en servicios de suscripción. Por ahora, esta cifra supondría sólo el 5% del gasto medio total de un hogar.

EL FUTURO

Pero la tendencia no ha hecho más que empezar si tenemos en cuenta que más del 75% de los europeos afirman que prevén contratar en el futuro más servicios de suscripción de los que ya usan actualmente.

Y el de N26 se muestra seguro de que la crisis del coronavirus va a acentuar aún más un cambio de paradigma en la forma de consumo de la sociedad, que se ha visto obligada a vivir conectada únicamente a través de canales digitales.

Esto, sin duda, presionará aún más hacia un cambio radical en prácticamente todas las industrias, pero especialmente en la banca “ser 100% móvil y digital es y será una obligación”. Desde N26 ya apuestan por este modelo de suscripción y además de la cuenta estándar (gratuita), ofertan otra premium por menos de 10 euros al mes y una metálica, de 16,90 euros.