La quiebra de Intu deja en el aire a Xanadú y dinamita su proyecto en Torremolinos

La inmobiliaria británica Intu Properties está al borde de la quiebra. A la situación límite que ya vivía, asfixiada por las deudas, se le une el mazazo del coronavirus en España y Reino Unido, sus dos mercados principales, que ha obligado al cierre de sus centros comerciales. Una posición dramática que la pone en manos de sus acreedores, ya se habla de liquidación ordenada, y que deja en el aire el futuro a corto plazo de Xanadú, en Madrid, y tumba el esperado proyecto en Torremolinos de Intu Costa del Sol.

El desplome bursátil, que supera el 85% en los últimos tres meses, de los títulos de la compañía no hacían presagiar nada bueno. Una idea que se confirmó este pasado 26 de marzo cuando el gestor de centros comerciales emitió un comunicado sobre el impacto que tendría sobre su negocio el Covid-19. Así, a grandes rasgos la compañía explicó que los impagos se han multiplicado, solo recibió un 29% de los pagos del segundo trimestre en Reino Unido. También que dada la limitación evidente de ingresos, con sus grandes superficies cerradas, está ya en contacto con los acreedores para gestionar la quiebra a través de condonaciones o ventas de activos.

Además de la limitación de ingresos en los próximos meses, Intu no ha logrado todavía hacer efectiva las ventas que ha realizado en suelo español. Así, la firma británica alerta en el mismo documento que «el impacto de Covif-19 en Europa está retrasando ciertas aprobaciones regulatorias en relación con la venta de Intu Puerto de Venecia«. Más rápido se cerró la operación de venta de su centro comercial en Asturias, aunque el cobró de 95 millones deberá esperar «a mediados de mayo como muy pronto».

EL FUTURO DE XANADÚ EN EL AIRE

El centro comercial de Xanadú, en Madrid, estaba en la lista de desinversiones de la compañía para mitigar su deuda. El problema, a diferencia de lo que ocurría con Puerto de Venecia o Parque Principado, es que no podía orquestar su venta hasta agosto de 2020. La razón es una de las cláusulas de bloqueo que tiene firmadas con su actual socio. Ahora, la situación se ha complicado mucho más. Primero, porque la quiebra en el corto plazo es real. La segunda, porque una operación de ese calado, dada la situación actual, es inviable.

Aun así, Xanadú sigue siendo un activo valioso para la compañía a la hora de negociar con los acreedores. Además, su contrato de propiedad no está condicionado a reglas estrictas con los acreedores, los llamados covenants de incumplimiento, como si ocurre con otras grandes superficies británicas como la de Milton Keynes, Chapelfield o Merry Hill. Una situación que sin embargo también tiene sus complejidades, sobretodo, para el futuro funcionamiento normal del centro.

Lo anterior, se debe a que en caso de que se proceda a liquidar la inmobiliaria la propiedad de Xanadú, al menos el 50% que posee Intu, quedaría en el aire. Una posición que complicaría su futuro. Al respecto, un informe interno de Bloomberg revela que «los activos podrían venderse como carteras, especialmente si ya están vinculados la deuda». Pero, en el caso de los que no están asociados a los acreedores, como el centro madrileño, «la eliminación gradual será desordenada, lo que requerirá mucho tiempo».

EL ADIÓS A INTU COSTA DEL SOL, TRAS UN LUSTRO DE PELEA

Si bien la situación de Xanadú está en el aire, aunque habrá momentos tensos, el mayor golpe se lo lleva Torremolinos al ver que su proyecto estrella queda dinamitado. Meses atrás en este mismo periódico se señalaba que la mala situación financiera de la compañía ponía contra la cuerdas su construcción, ya que la empresa debía poner sobre la mesa 200 millones que no tenía. Ahora, la llegada del coronavirus ha precipitado todo. Finalmente, la ciudad malagueña se quedará sin el mayor desarrollo en materia de ocio y diversión en su historia.

En este punto, las culpas se podrían repartir a partes iguales. Si bien es cierto que la caída a pique de la compañía tiene mucho que ver con su alocada inversión en activos que ha generado una deuda inmensa. Tampoco se le puede quitar culpas a las administraciones territoriales. Así, el proyecto llevaba encima de la mesa más de un lustro, desde que Intu adquirió el terreno, y pese a ello nunca se ha podido llevar a cabo por la lentitud (también las trabas por parte de la Junta y el Ayuntamiento) de la aprobación de las licencias.

Curiosamente, todo se aceleró en los últimos meses a medida que el proyecto corría cada vez más peligro. De hecho, la Comisión Provincial de Urbanismo de Málaga aprobó el Plan General de Ordenación Urbana, recientemente. Una medida obligatoria con lo que ratificaba el plan de accesos adoptado por el Ministerio de Fomento. Pero, ya no era suficiente porque el otro actor, Intu, apenas se tiene en píe, lo que lleva a archivar el proyecto otra vez. ¿Será la definitiva?

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2