Parece probable que no todos los bancos europeos experimentarán de la misma manera el impacto de la crisis del coronavirus. “Algunos están mejor posicionados que otros” explica el analista de Schroders, Justin Bisseker. Los riesgos son “claramente elevados”, pero hay una “baja probabilidad” de que se fuerce un rescate al sector.
Desde la firma de inversión señalan que las entidades europeas entran en esta crisis en mejor estado de salud que al inicio de la crisis financiera mundial de 2008. Ahora tienen fuertes niveles de capitalización y fuertes reservas de liquidez. Además, los requisitos reglamentarios se han relajado en lugar de endurecerse y son el conducto de apoyo gubernamental para las empresas y los individuos.
En opinión de Schroders, el riesgo de que los precios de las acciones se desplomen mucho más “parece bajo”. Y el peor escenario es que la situación actual persista a medio plazo. Esto probablemente significaría “que muchos bancos se convertirían en deficitarios”.
A MÁS TIEMPO, MÁS RIESGO
La propagación del Covid-19 está provocando que los países de toda Europa entren en «bloqueo» por el parón de la actividad económica. Es evidente que esto está teniendo un impacto en el sector bancario, aunque las autoridades están tomando medidas para mitigar los efectos.
Cuanto más largo sea, mayor será el riesgo de que se vean afectados los beneficios y el capital de los bancos. Sin embargo, en esta etapa, algunos sectores parecen estar más en riesgo. Por ejemplo, el petróleo y el gas, la aviación, los viajes, el ocio y algunos comercios minoristas.
En cuanto a la perspectiva del sector bancario, Bisseker comenta que ya se han visto innumerables respuestas de los gobiernos en toda Europa: aplazamientos del pago de impuestos, moratorias de la deuda, garantías de crédito, etc…
También los bancos centrales han aportado su granito de arena recortando los tipos de interés y reduciendo así el coste de los préstamos a corto plazo. Por ello, es probable que el impacto material más importante de la crisis en los bancos sea el aumento de las pérdidas crediticias.
EVITAR EL COLAPSO
Muchos gobiernos europeos han puesto en marcha planes de garantía de crédito “vitales” para asegurar que no habrá un colapso. Estos planes suavizarán “pero no compensarán totalmente” el impacto de la crisis en las pérdidas crediticias. Desde la firma de inversión alertan de que no les sorprendería ver alguna forma de indulgencia regulatoria adicional si el período de interrupción pasa de semanas a meses.
Los ingresos también se han deteriorado. A corto plazo, es probable que los ingresos por comisiones y operaciones comerciales se vean “más presionados” que los ingresos netos por intereses.
Cuando llegue la recuperación, los ingresos por comisiones lo harán rápidamente. Y los ingresos por intereses serán más resistentes a corto plazo. A largo plazo, los bajos tipos de interés continuarán erosionando los márgenes.
NÓRDICOS FRENTE EUROPA
El analista de Schroders, destaca que los bancos nórdicos son más sólidos en estos momentos, en parte porque tienen una mayor capacidad de reajustar el precio de los préstamos en libros. Los bancos de la zona euro y del Reino Unido son potencialmente “más vulnerables”.
Destaca también que una caída prolongada puede obligar a los bancos más débiles a cancelar los dividendos y, en última instancia, a ampliar capital. La relajación anunciada de las reservas de capital por parte de los bancos centrales de toda Europa es importante para ganar tiempo, pero es de esperar que en algún momento haya que reconstruir los niveles de capital.
Hasta ahora, la intervención de estos actores han intentado calmar los temores del mercado, pero la única solución inmediata sería una vacuna o una cura.
En la actualidad ningún país tiene una estrategia de salida clara, pero una acción eficaz de los gobiernos y los bancos centrales, haría que el impacto en los beneficios de 2021 o 2022 fuera significativamente menor que los descensos del precio de las acciones que se han visto en estos días.